La tensión política vuelve a ganar las calles en Brasil
| 1 de Agosto de 2016 | 03:05

RIO DE JANEIRO.- Después de varias semanas de relativa calma, miles de brasileños volvieron ayer a salir a las calles para manifestarse a favor o en contra del juicio político que afronta la presidenta suspendida Dilma Rousseff, quien podría ser apartada del cargo de manera definitiva en septiembre. Las nuevas marchas se produjeron a apenas cinco días del inicio de los Juegos Olímpicos en Río de Janeiro.
En once estados -San Pablo, Río de Janeiro, el Distrito Federal, Alagoas, Bahía, Maranhão, Minas Gerais, Pará, Paraná, Pernambuco y Santa Catarina-, brasileños se mostraron a favor de que el proceso que se tramita en el Senado decida la salida definitiva de la mandataria.
Convocados por grupos sociales, como el movimiento Vem pra Rua, uno de los más activos en contra de la dirigente del Partido de los Trabajadores (PT), miles de brasileños pidieron al Senado que vote a favor de su destitución. De producirse en el Senado un resultado favorable a la destitución de Dilma, el que era vicepresidente y ahora mandatario interino, desde que el pasado 12 de mayo Dilma fue apartada del cargo, Michel Temer, dirigirá el país hasta el final del mandato, el 1° de enero de 2019.
EN SAN PABLO
En tanto, los partidarios de Dilma convocaron sendas manifestaciones en trece estados donde mostraron su apoyo a Rousseff y su rechazo a Temer. El principal acto de apoyo a la presidenta suspendida se produjo en San Pablo, la mayor urbe del país y tradicional bastión de los ‘petistas’, donde miles de personas se congregaron en la plaza Largo da Batata, en la zona oeste de la ciudad. Numerosos asistentes, vestidos en su mayoría con el color rojo del PT, reclamaron no solo la vuelta de Dilma, sino que además solicitaron una reforma política para evitar que se repita lo que muchos consideran un golpe de estado orquestado por el Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB) de Temer.
Los ciudadanos que rechazan la vuelta de Rousseff al poder alzaron sus voces en hasta quince estados de todo el país. Al grito de “Fuera Dilma”, numerosos ciudadanos vestidos en su mayoría de verde o amarillo recorrieron algunos de los puntos más emblemáticos del país, portando pancartas que pedían la destitución de la jefe de Estado brasileña. Rousseff afronta en estos momentos un juicio político en el Senado, acusada de incurrir en maniobras contables ilegales para maquillar los resultados del gobierno en 2014 y 2015, lo que podría suponer un ‘crimen de responsabilidad’, uno de los motivos previstos en la Constitución para justificar el proceso.
Las protestas que se produjeron ayer por todo el país no contaron con el masivo apoyo de las que se produjeron en abril y agosto pasados, cuando millones de personas salieron a las calles para protestar por la corrupción y la crisis económica del país. En la capital del gigante sudamericano, Brasilia, unas cinco mil personas, según estimaciones de la Policía Militarizada, recorrieron la Explanada de los Ministerios hasta llegar frente al Congreso, donde se concentraron para hacer oír sus demandas. Los mayoría de los presentes reclamaba la destitución de Rousseff y el fin de la corrupción en un país que desde hace meses asiste a las detenciones de políticos y empresarios.
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