Sus estadías en Buenos Aires
| 18 de Agosto de 2016 | 02:33

Entre octubre de 1933 y marzo de 1934, Federico García Lorca ocupó la habitación 704 del Hotel Castelar de Buenos Aires, ciudad que lo cautivó. Invitado por la Asociación de Amigos del Arte, el poeta llegó para pasar unas semanas pero se quedó varios meses, deslumbrado en sus paseos por Avenida de Mayo y en sus reuniones en el Café Tortoni, donde compartió mesa con Victoria Ocampo, Oliverio Girondo y Carlos Gardel, entre otros.
El escritor Juan José Mendoza, investigador de Conicet y autor de “Diario de un bebedor de petróleo”, sostuvo que “todavía existen pequeñas ‘zonas lorquianas’ no visitadas del todo. Como si fragmentos de la obra de Lorca todavía quisieran ligarse con la identificación del lugar donde permanecieron ocultos sus restos”.
“A lo largo de los años, y muchos años después de su muerte -señala Mendoza- fueron apareciendo manuscritos y dibujos inéditos de García Lorca. En los años 80, Mario Hernández da a conocer una serie de dibujos inéditos firmados por Lorca y dedicados a los integrantes de la Revista Gallo, que había fundado en Granada en 1928.
“Lorca es un todo potente -dice por su parte el poeta Jotaele Andrade- cuyo tono de tragicidad, que vela toda su obra, la poética, la teatral y la conferencial, también se mezcla con su vida, y esa coincidencia es poderosamente atractiva”.
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