Le pegaron tres tiros frente a la puerta de su casa en Ringuelet
| 16 de Septiembre de 2016 | 00:39

Diez jóvenes repartidos en cinco motos aparecieron de repente. Algunos estaban encapuchados y a otros se les veían las caras. ¿Encontraron al grupo que pensaban atacar o se confundieron? ¿Por qué empezaron a los tiros sin decir nada? Las preguntas las comparten los investigadores y también los familiares de un chico de 18 años, que recibió tres balazos en 514 y 9 bis.
Cerca de las 20 del miércoles, Lautaro Agustín Flores, el herido, estaba con otros tres o cuatro amigos, vecinos de esa zona de Ringuelet. Entre varones y chicas estaban pasando un rato en la calle, cuando los sorprendieron los agresores.
No se sabe casi nada de todo lo previo al ataque: si entre ambos grupos se conocían, si había algún conflicto previo que los enfrentara y si hubo algún grito o amenaza que anunciara la balacera que seguiría luego.
Según el testimonio de la madre de Flores, que pidió mantener su identidad en reserva “para evitar problemas”, todo fue fugaz y violento de principio a fin.
Los diez atacantes aparecieron como en un comando, desde diferentes calles, hasta converger en esa esquina. Resulta muy complicado establecer cuántos tiros se detonaron y desde qué clase de arma salieron.
El grupo al que le llovieron los balazos salió corriendo para refugiarse donde pudo. “Algunos se escondieron en lo de un vecino de acá cerca, y también balearon la casa. Lo mismo le hicieron al frente de donde vive un amigo de mi hijo, al lado de nosotros”, expresó la madre.
¿El otro chico pudo haber tenido problemas con ellos? “No creo, si se la pasa trabajando”, cuestionó la mujer. Ese joven tiene un bebé de ocho meses, que también quedó envuelto en plena agresión pero que no resultó herido.
al hospital de gonnet
El que se llevó la peor parte fue Flores, que recibió tres disparos: uno en el abdomen, otro en la parte baja de la espalda y el tercero en una rodilla.
Sus amigos aparentemente salieron ilesos, pero se quedaron pasmados de miedo cuando vieron a Lautaro ensangrentado.
Tan pronta y sorpresiva fue la aparición de los agresores como su huida. Por ahora no se conocen sus identidades ni su paradero.
Flores fue llevado de inmediato al hospital de Gonnet. Anoche continuaba internado en terapia intensiva, luego de que aquella noche de miércoles lo sometieran a una cirugía en la que le extirparon el bazo, de acuerdo a lo que contaron en la casa del muchacho.
En este contexto el pronóstico médico del joven es muy cauteloso. “Hay que esperar entre 24 y 48 horas para ver su evolución”, dijeron los doctores del San Roque.
la investigacion
En un comienzo el episodio había trascendido como un intento de robo violento, de los que se registran cada semana en la Región. Sin embargo, la propia madre de Flores puso en duda esa versión.
La mujer se limitó a decirle a este diario que “no se sabe” qué motivó semejante ataque. Las autoridades policiales de la jurisdicción y las judiciales de turno encabezan la investigación por este caso, por el cual no se descarta ninguna hipótesis. Lo salvaje de la agresión no parece desentonar en un contexto de violencia constante.
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