A un mes del crimen, la familia del verdulero asesinado pidió Justicia
| 17 de Septiembre de 2016 | 00:57

Al cumplirse un mes de que Eloy Quispe Urrutia (27) recibió el disparo que terminó causándole la muerte, sus familiares y allegados se concentraron ayer frente a las fiscalías para pedir que el caso se esclarezca.
“Tenemos miedo de que quede impune, porque somos extranjeros y todavía no sabemos ni por qué lo mataron”, dijo Mely, una de las hermanas de Eloy.
El hecho ocurrió el 16 de agosto en la verdulería de Plaza Matheu entre 66 y diagonal 73, donde irrumpieron dos delincuentes que habrían exigido el dinero de la recaudación. No está claro en qué circunstancias, pero lo concreto es que hubo dos disparos, uno de los cuales impactó en el pecho del comerciante.
Los criminales escaparon y hasta hoy siguen prófugos. Eloy, que estaba a punto de convertirse en padre, fue trasladado al hospital San Martín y murió cuatro días después.
“No sabemos nada”, lamentó su hermana, “ni quiénes lo mataron, ni por qué”.
Los manifestantes se concentraron ayer, desde las 11 de la mañana, en la esquina de 7 y 56, “de manera pacífica, sin quemar cubiertas ni hacer bulla. Solamente para pedir Justicia y que no se olviden de mi hermano”, comentó la joven.
Allí permanecieron durante poco más de una hora y media, con carteles que reproducían la foto de este joven comerciante que, además, era profesor de danzas.
iba a ser padre
La mujer de Eloy no participó de la movilización porque faltan tres días para que nazca su beba. Según Mely, su cuñada “está fuerte por la nena, porque ya mataron al padre y tiene que protegerla”.
La pareja había comprado esa verdulería en El Mondongo e invertía todos los ahorros en materiales para levantar su casita en un terreno que heredaron en Villa Montoro.
Además, Eloy iba todas las mañanas a una empresa constructora de Tolosa, donde era albañil, y cuando salía de ahí, a las 5 y media de la tarde, iba a la verdulería, para reemplazar a su mujer.
Por datos de testigos y material de cámaras de seguridad, los detectives establecieron que el auto en que se fueron los ladrones sería un Volkswagen Senda o un Renault 9 gris con manchas de antióxido. Y tienen la firme sospecha de que se trataría de un “remís trucho”.
Por eso apelan a que el chofer que los llevó aquella noche se contacte con el 911 para aportar datos. Puede hacerlo con reserva de identidad.
El caso es investigado por la fiscal Leila Aguilar. Y los familiares de la víctima prometen movilizarse de nuevo si no se esclarece.
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