Sigue prófugo el acusado de asesinar a su ex novia

Pasaron cinco días y todavía sigue prófugo Gustavo Arzamendia, un hombre de 28 años que es el principal acusado de haber matado de un tiro a la que era su novia, Lucía Guadalupe Ríos, de 16.

La adolescente se encontraba en el patio de su casa, ubicada en en 35 entre 158 y 159, cuando fue sorprendida por la persona con la que hasta hace un tiempo mantenía una relación amorosa.

Según coincidieron todos los relatos, él le pegó un disparo en la espalda. Tras agredir a la joven, Arzamendia escapó en su Chevrolet Corsa. Durante el resto de ese día, el fin de semana y las jornadas siguientes, la Policía lo buscó con insistencia. Sólo fue hallado el coche, cerrado y con las patentes adentro, escondidas bajo ropa.

Uno de los sitios donde podrían ubicarlo era la casa de sus parientes. Ahí tampoco estaba. Hasta ayer seguía vigente la posibilidad de que el acusado huyera a Paraguay, su país natal.

“Al menos, de la manera convencional no lo va a poder hacer porque nosotros tenemos su documento”, afirmó uno de los detectives del caso.

Mientras tanto, persiste la expectativa y la tensión en la casa del acusado, situada a unos pocos metros de la de la víctima y el escenario del femicidio. Desde el comienzo de todo hubo una férrea guardia policial para impedir la promesa vecinal de incendiar esa vivienda, en represalia a Arzamendia.

una historia de celos

El brutal ataque que llevó adelante el hombre contra la menor fue visto por la propia madre de la víctima y por algunos vecinos que se encontraban en el exterior de sus viviendas realizando tareas hogareñas. El disparo fue lo que alertó a otros habitantes de la zona que inmediatamente se acercaron a ver lo que ocurría.

Lucía quería ser policía “para pelear contra la inseguridad”, según contaron sus allegados. Con Arzamendia comenzó a salir hace aproximadamente dos años, después de que su familia se instaló en ese sector de Romero. El acusado vivía a la vuelta.

Claudelina Ríos (32), la madre de la joven, aclaró que su hija había dejado a su pareja una semana antes “y él no se lo bancó”.

“Hubo muchas peleas entre ellos, casi siempre por los celos de él. Mi hija se cansaba, estaban distanciados dos o tres días y luego se reconciliaban” pero “esta vez iba a ser definitivo”, comentó. Recordó además que “en uno de sus distanciamientos él le dijo que si no volvían iba a matarla y amenazó con hacer lo mismo con mi hijo de 11 años”.

Claudelina sostuvo que “los celos de él eran tan enfermizos que hace dos meses le sacó el celular a mi hija. Pensar que ella se compró otro hace sólo tres días”, dijo, antes de que el llanto le cortara la voz.