Con las cuentas en rojo, otra vez tambalean bibliotecas populares

Dirigentes de clubes están en alerta porque en mayo pasado volvieron a cortarse los subisidios

Los clubes barriales atraviesan una crisis que parece no tener fin. En medio, todavía, de la incertidumbre en torno a la posibilidad de un aumento excesivo en las tarifas de los servicios, aquellos que incluyen, entre sus prestaciones, una biblioteca popular, vuelven a sentir el cimbronazo de la falta de subsidios. El tema ya los había puesto en alerta en mayo pasado, al no recibir por meses las subvenciones que sostienen la actividad literaria, pero finalmente algunos fondos llegaron y salieron del naufragio. Ahora, otra vez se ven envueltos en la misma preocupación: se les debe varias partidas de dinero y sienten que esos espacios culturales - indispensables en los vecindarios - están en riesgo de extinción.

“Estamos en total alerta”, resaltó el presidente de la Federación de Instituciones Culturales y Deportivas de La Plata, Alberto Alba. Y es que, según señaló el dirigente, en la Región hay 38 bibliotecas populares, que funcionan, por lo general dentro de las instituciones deportivas y sociales de los barrios, y que están en riesgo por la interrupción de los subsidios municipales, provinciales y nacionales que las sostienen.

Cada biblioteca se abre con el trabajo de una bibliotecaria. Y el sueldo mensual, por esa tarea, está fijado en $8.500 y lo aporta la Provincia. “Lo pagaron hasta mayo - contó Alba -, pero desde entonces estamos poniéndolos los clubes. Eso nos ahoga, porque hay un punto en el que ya no vamos a poder seguir solventándolas”.

Todos los subsidios en falta

Las bibliotecas populares tienen tres fuentes de ingresos: una es la municipal, que en concreto significan $3.080 por mes con los que se afrontan los gastos corrientes; otra es la provincial que, como se dijo, solventa los salarios del personal; y la tercera es la nacional, a través de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares -Conabip-, que dos veces por año entrega libros y también partidas en efectivo.

“De los subsidios municipales quedó la deuda de los seis meses del año pasado que nunca se pagaron; y la Conadip el último aporte fue en enero última, que correspondió al presupuesto del año pasado. Soportando esas deudas va a ser muy difícil mantener las biblioteca abiertas”, sintetizó el titular de la Federación.

Las bibliotecas populares cumplen un rol por demás relevante en la comunidad de cualquier barrio. En la mayoría de los casos, una sola de esas instituciones cubre los requerimientos de lectura de una decena de escuelas de su zona. Ocurre que en muchas de esas entidades el compromiso con el barrio es tal que hasta se visita a las escuelas y se consulta a los docentes para conocer las necesidades de los establecimientos educativos y a partir de ese dato adquirir el material.

Creadas en el país a partir de 1870 frente a la necesidad de formarse y de leer de los pueblos, con el correr de los años, se multiplicaron por todas las ciudades y en la actualidad, tras superar el desafío de adaptarse a las nuevas tecnologías cumplen una función esencial, pues en esos espacios dedicados a la lectura y el préstamo de textos suelen dictarse talleres y se les da clases de apoyo escolar a los chicos del barrio y desarrollar otras actividades culturales.

38

Son las bibliotecas populares abiertas en las Región. Por lo general, funcionan dentro de los clubes de barrio.

8.500

pesos es el sueldo mensual del personal bibliotecario. Se trata de un aporte de la Provincia que desde hace meses se adeuda.

3.080

pesos es el subsidio municipal que reciben las bibliotecas y una buena parte del año pasado todavía no se ha cobrado.

ALBERTO ALBA
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