Familiares de la joven ahogada hace un año en una fiesta clandestina piden justicia
| 1 de Enero de 2017 | 19:27

Familiares y amigos de Emilia Uscamayta, la estudiante de periodismo de 26 años que murió ahogada el 1 de enero de 2016 en la pileta de una quinta en La Plata, durante una fiesta clandestina en la que había unas 4.000 personas, realizaron hoy un acto para pedir justicia y avances en la causa, que tiene cuatro imputados pero ningún detenido.
"Hoy se cumple un año de la muerte de mi hermana Emilia", dijo a Télam su hermano, Cristian, y explicó que desde "la cosmovisión" de los pueblos originarios, por los que ella militaba, realizaron "el Cabo de Año: terminar el luto, el duelo y comenzar una nueva etapa".
Los imputados son cuatro personas vinculadas con la organización de la fiesta clandestina: Carlos Bellone, el dueño de la quinta; Raúl García; Gastón Aramboure, quien "debía cumplir prisión domiciliaria pero el día en que murió Emilia estaba trabajando en esa quinta" y Santiago Piedrabuena, "un empresario que tenía una causa por tenencia de arma de fuego, pero sigue libre", apuntó.
Daniel Piqué, ex secretario de Seguridad de la Municipalidad y único funcionario acusado en el caso, "renunció a su cargo antes de ayer" en tanto el secretario de Control Ciudadano, Roberto Di Grazia, "fue el principal responsable y queremos que se lo impute por no haber cumplido con sus deberes", reclamó el joven, quien aquella noche fue a la fiesta con su hermana.
Otro tanto pidió respecto a "Sebastián Martínez Paz, el subcomisario de la policía local que debía impedir y clausurar las fiestas clandestinas esa noche, pero liberó la zona, y al policía Ariel Peña".
La familia quiere "conmemorar, recordar a ella a un año de su partida y empezar una nueva etapa. Pero también seguimos renovando el pedido de justicia, que se pueda profundizar la investigación y haciendo responsable directo al municipio de La Plata, que eran los encargados de cuidarnos pero esa noche dieron vía libre para que la fiesta clandestina se pueda llevar a cabo y muriera mi hermana", analizó.
"Hubo un cambio desde la muerte de mi hermana en cuanto a los controles. Se vienen clausurando bastantes fiestas clandestinas", reconoció el joven pero lamentó que "tuvo que ocurrir este hecho para que tomen cartas en el asunto".
A esa fiesta "fueron 4.000 personas, hubo una recaudación millonaria. El municipio no pudo no saber qué se estaba haciendo: se podía clausurar", dijo y consideró que "hubo coimas, corrupción con los inspectores y desprecio por la vida" de Emilia.
"El evento ocurrió a 20 días de haberse producido el cambio de gestión y nos encontramos con que sólo teníamos siete vehículos para realizar controles en una ciudad de 700.000 habitantes”, dijo a Télam una fuente municipal y afirmaron que la comuna platense "hizo dos clausuras esa misma noche”.
"Si bien los funcionarios municipales se los llamó a indagatoria y prestaron declaración para ponerse a disposición de la justicia y contribuir a esclarecer este episodio, no fueron procesados" como sí ocurrió con cuatro de los organizadores, indicó.
El municipio platense "clausuró preventivamente la fiesta pero ellos sacaron la faja. Cuando a las 2 de la mañana los inspectores volvieron a controlar, no pudieron concluir su trabajo porque eran sólo cuatro agentes y dos vehículos. No tenían el apoyo policial para terminar con una fiesta en la que había entre 3.000 y 5.000 personas", detalló el vocero.
La Municipalidad, aseguró, "hizo lo que tenía a su alcance: notificó a la Fiscalía y a la Justicia de Faltas" para que intervengan.
Durante la madrugada del 1 de enero de 2016 Emilia se ahogó en la pileta de una quinta ubicada en las calles 520 entre 159 y 160, en Melchor Romero -partido de La Plata-, donde se desarrollaba una fiesta bajo el lema "La Frontera. El límite lo ponés vos", convocada a través de las redes sociales.
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