Sin rastros del delincuente que baleó al policía que defendió a su madre
| 29 de Enero de 2017 | 02:30

Jhonny Santos Navia (25), el oficial de la Policía Local que el viernes pasado fue baleado durante un asalto en el kiosco de su madre, en Melchor Romero, continuaba ayer internado en terapia intensiva, aunque “pasó la noche con una leve mejoría y de un estado crítico pasó a estable”, refirió el secretario de Seguridad y Justicia de la Municipalidad, Darío Ganduglia.
Mientras tanto, los investigadores siguen buscando al delincuente que hirió a Santos Navia, golpeó a su madre y amenazó a sus hermanos, antes de escapar en una moto roja. Se especuló con que podría haber fugado con un compinche, pero los familiares de Jhonny están convencidos de que actuó solo.
Todos los testigos coincidieron en decir que el asaltante tiene “entre 20 y 22 años” y no son pocos los que aseguran que “es el mismo que mató a una vecina (Marcela Ayala) hace unos meses (ver aparte)”.
Fuentes de la investigación confirmaron que por este crimen hay un joven de 25 años prófugo, aunque aclararon que esa hipótesis “todavía no figura en la causa”.
Como se informó en la edición de ayer, todo pasó entre las 15.20 y las 15.30 del viernes, en 516 entre 159 y 160, donde vive un matrimonio de nacionalidad boliviana con sus cuatro hijos, dos varones de 15 y 25 años y dos mujeres de 21 y 13.
Al lado de la casa la familia tiene un kiosco, que era atendido por la madre de Jhonny, Gabriela Navia, y sus dos hijos menores, cuando entró el delincuente y exigió dinero.
“Mi mamá ya le había dado la plata que había en la caja, pero él seguía pidiendo más y le pegó un culatazo en la cabeza”, contó Norma Santos Navia (21), quien escuchó llorar a su madre, vio lo que pasaba y corrió a avisarle a Jhonny.
El joven ya tenía su uniforme puesto para irse a trabajar, después de haber pasado unos días con carpeta médica.
Según su hermana, el oficial “apareció en el negocio y gritó ‘alto policía´ justo cuando (el ladrón se estaba yendo)” y para evitar que se subiera a la moto que estaba en la puerta, Norma intentó tirarse arriba suyo. En medio de toda esa confusión, el asaltante “hizo un disparo intimidatorio”, aseguró la chica.
“Ahí mi hermano reaccionó y también hizo un tiro, pero creyó que el ladrón se estaba yendo, se dio vuelta para ver cómo estaba mamá y (el delincuente) le disparó de atrás”, amplió la hermana de la víctima. De acuerdo a su relato, la bala “le entró por la parte baja de la espalda”. Santos Navia tiene otro impacto en un costado del abdomen y una “bala le quedó alojada en el cuerpo”, aportó Norma.
La familia calcula que la secuencia duró “alrededor de 20 minutos”, aunque los investigadores estiman que debió ser mucho más breve.
Lo concreto es que los peritos de Policía Científica que trabajaron en la escena recuperaron nueve vainas servidas de 9 milímetros (que habría disparado la reglamentaria del oficial) y otros dos del calibre 32, perteneciente, se supone, al arma del atacante.
Se sospecha que con tanta cantidad de disparos en juego el ladrón también pudo resultar lesionado (“por el lado que huyó había manchas de sangre”, recordó Norma), por lo que se cursó un alerta a todos los hospitales de la Región para que denuncien rápido el ingreso de cualquier herido de bala. Hasta anoche eso no había pasado.
Estable
Santos Navia y su mamá fueron trasladados en coches particulares hasta el hospital de Melchor Romero, donde a ella la curaron por el culatazo en la cabeza y a él lo sometieron a una compleja intervención quirúrgica.
Ganduglia confirmó que “el oficial pasó la noche con una leve mejoría, y de un estado crítico pasó a estable”, ya que se “cortó el sangrado y bajó la fiebre”. Comentó también que los familiares de Jhonny “están con contención desde la unidad, el gabinete psicológico y sociopedagógico municipal a su disposición”.
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