Noticia alentadora: pocos lesionados por el uso de pirotecnia durante las fiestas
| 3 de Enero de 2017 | 01:13

Si bien no se pueden aventurar aún juicios definitivos, todo indica que después de años de lamentar centenares de víctimas y de alertar sobre los riesgos y la necesidad de hacer un uso muy cuidadoso de la pirotecnia, se está aprendiendo la lección. Las cifras de la Región, al menos, avalan esa afirmación. Sin embargo, esa primera conclusión no impide lamentar que se hayan producido accidentes y, por cierto, no autoriza a que se dejen de lado las acciones preventivas que deben adoptarse en el uso de los fuegos artificiales.
Tal como se termina de informar en este diario, en nuestra región se conoció el saldo de ocho menores de edad heridos por pirotécnica, que fueron asistidos en el Hospital de Niños de La Plata. Ayer los médicos informaron que tres pacientes permanecían internados, uno de ellos con una herida comprometedora en una de sus manos, que fue derivado desde el Hospital de Romero, otro con lesiones en un ojo, y el restante bajo tratamiento por una herida considerable. Los restantes cinco niños fueron asistidos por diversas lesiones, pero ya fueron dados de alta.
Por su parte, se informó que dos personas murieron y que 67 menores y 90 adultos sufrieron quemaduras o lesiones de distinta gravedad por mal uso de pirotecnia o impacto de corchos, riñas y otros incidentes vinculados a los festejos del Año Nuevo en todo el país. Entre los heridos más graves que fueron atendidos en el Instituto del Quemado de la Ciudad de Buenos Aires se encuentran un hombre que perdió un ojo por una bengala y un nene de 7 años que sufrió quemaduras extensas en su cuerpo por la explosión de una caja de pirotecnia que trasladaba el adulto a quien acompañaba.
En el caso de nuestra zona, se habla de una cifra de víctimas casi insignificante, comparada con las de años anteriores. Es cierto que el número de personas afectadas venía en descenso, pero ahora se ha logrado lo que podría considerarse el mínimo histórico. En estos temas, nunca se alcanza plenamente el objetivo y siempre es necesario insistir en los mensajes de alerta y prevención.
Pero es evidente que la población ha venido tomando una creciente conciencia sobre los riesgos de manipular con desaprensión la pirotecnia. Se puede hablar, asimismo, de una menor presencia de artefactos pirotécnicos y esto quizás se vincule con otras circunstancias que pueden ir desde factores económicos hasta el hecho de que cada vez más gente decida pasar las fiestas lejos de Ciudad.
En cualquier caso, es bueno resaltar el número muy bajo de damnificados y tomarlo como un saludable punto de partida para una celebración más sosegada y menos riesgosa de las Fiestas de Navidad y Año Nuevo. Los platenses, como se sabe, cultivan desde hace décadas una singular tradición para despedir al año viejo y recibir al que se inicia: es la quema de muñecos en distintos barrios.
Afortunadamente, en los últimos años también se han ajustado los controles sobre el armado de esos muñecos, cuidando que su emplazamiento no represente un riesgo para bienes y personas o prohibiendo cargar su interior con pirotecnia peligrosa. Con las penosas y lamentables excepciones del caso, corresponde celebrar que una vez más hayan podido celebrarse las fiestas sin desbordes y sin correr riesgos innecesarios por el uso desaprensivo de los tradicionales fuegos artificiales.
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