El líder catalán declara la independencia pero la deja en suspenso y llama al diálogo
Edición Impresa | 11 de Octubre de 2017 | 03:03

BARCELONA.- El presidente regional de Cataluña, Carles Puigdemont, aseguró ayer en el parlamento catalán que tras el referéndum cuenta con el mandato del pueblo para declarar la independencia, pero no llegó a hacerlo para dar espacio a un eventual diálogo con el gobierno español en busca de una “solución acordada”.
Luego de una confusa sesión parlamentaria en la que el líder secesionista pidió a la cámara regional que “suspendiera los efectos” de una declaración de independencia que no habría hecho, todos los diputados del bloque independentista firmaron solemnemente un documento por medio del cual “se constituye la República catalana, como Estado independiente y soberano, de derecho, democrático y social”. Pero el texto no fue registrado en la cámara catalana, por lo que no tiene trascendencia jurídica.
REUNION DE GABINETE
En medio de una fuerte presión internacional, el presidente catalán hizo un gesto de distensión postergando la Declaración Unilateral de Independencia (DUI), pero no parece haber calmado los ánimos en Madrid, donde el Ejecutivo central planea anunciar hoy medidas para “restablecer el orden democrático” en Cataluña.
La vicepresidenta del gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, aseguró que Puigdemont ha sumido a Cataluña en “un mayor nivel de incertidumbre”, y anunció la convocatoria de un Consejo de Ministros extraordinario para hoy, donde se abordarán “los próximos pasos” a dar. El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, también comparecerá esta tarde en el Parlamento.
El Gobierno español, dijo la vicepresidenta, “no puede aceptar” que se dé validez a una ley del referéndum suspendida por el Tribunal Constitucional ni exhibir como validos los resultados de la consulta del 1 de octubre porque fue “un acto ilegal y sin garantías”. “Con los resultados del (referéndum secesionista del) 1 de octubre, Cataluña se ha ganado el derecho a ser un Estado independiente”, comenzó a argumentar Puigdemont ante el Parlamento regional. “Si todo el mundo actúa con responsabilidad, el conflicto se puede resolver de manera serena”, agregó.
El presidente catalán anunció que su “gobierno está haciendo un gesto de responsabilidad”, destacó que “este conflicto se puede resolver de manera acordada” y llamó a la sociedad, la dirigencia política y los medios de comunicación a contribuir “con sus palabras a rebajar la tensión” del creciente conflicto entre Barcelona y Madrid, que tuvo su punto más caliente el domingo del referéndum cuando la Policía Nacional y la Guardia Civil reprimieron a miles de independentistas y dejaron un saldo de casi 900 heridos.
“Hay muchas propuestas serias de mediación, algunas de las cuales eran difíciles de imaginar hace poco tiempo”, describió el presidente catalán, agregando que “los resultados (del referéndum) tendremos que tenerlos en cuenta en la época de diálogo que estamos dispuestos a asumir”.
Tras dar esta explicación, Puigdemont pidió al parlamento regional que no avance en la declaración de independencia, como había prometido hasta hace sólo unos días, tras anunciar que el referéndum, pese a la represión y la baja participación, había terminado con un 90% de votos por el “sí”.
“Con toda solemnidad proponemos que el parlamento suspenda la declaración de independencia para emprender un diálogo para llegar a una solución acordada”, aseguró, y desató un inmediato debate en los medios y dentro del propio hemiciclo sobre qué significó su declaración a favor de la independencia y su posterior llamado a postergarla en pos de un diálogo con España que evite una crisis política mayor.
“Creemos que hoy tocaba proclamar solemnemente la república catalana y quizás hemos perdido una oportunidad”, indicó la diputada y jefa de la bancada Anna Gabriel al intervenir en la sesión plenaria, poco después de Puigdemont y su propuesta ambigua.
“Veníamos a declarar la República, no se hizo, y resulta que es Rajoy el que le da validez”, dijo en conferencia de prensa Quim Arrufat, vocero de los anticapitalistas de la CUP (partido pro independentista), luego de remarcar que “la cadena de confianza” con el gobierno catalán había quedado tocada a raíz del cambio de guión de último momento.
“Reclamamos a Puigdemont que establezca de forma pública un límite en las negociaciones, proponemos que sea de un mes, pero estamos abiertos a escuchar. Lo que no podemos hacer es darle un tiempo ilimitado, no se puede eternizar en los meses y dejar colgado el proceso independentista”, añadió.
Arrufat sostuvo que la CUP “no permitirá que esta legislatura termine sin que se apliquen los resultados del referéndum, y lo haremos utilizando los medios que tenemos en nuestra base”, remarcó, poniendo como ejemplo el “paro de país” que hizo Cataluña tras la represión al referéndum del 1 de octubre.
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