Un ladrón escapaba de un asalto, chocó y lo detuvieron en City Bell

Ocurrió anteanoche en 476 y Jorge Bell. Dos cómplices se dieron a la fuga. Incautaron un arma

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Apurado por escaparse de la Policía, un delincuente manejó a toda velocidad por una calle y una zona de City Bell donde el tránsito suele ser intenso. Tan furiosa era su marcha que terminó chocando: el auto terminó destruido y el ladrón lastimado. Aunque se alejó corriendo, al final lo atraparon.

Pasadas las 22 del sábado, cuando esa localidad de zona norte se convierte en epicentro de la salida de mucha gente, dos hombres y una mujer andaban por la calle 476 (ex Güemes) en busca de alguien a quien robarle.

Se decidieron cuando vieron a un joven de 24 años, que sería un repartidor, en la esquina de 476 y 17. Para sacarle su Tornado de 250 cilindradas, uno de los sujetos y la ladrona le cortaron el paso y lo amenazaron con un arma.

Les resultó fácil escaparse de ahí con el vehículo ajeno. El tercer delincuente quedó al volante del Ford Ka de modelo nuevo en el que merodeaban.

Fue este último hombre el protagonista de lo que vendría después. A pocas cuadras del lugar del robo, en 476 y Jorge Bell, el cómplice chocó violentamente.

No trascendió contra qué impactó ni qué maniobra hizo. La evidencia habla de un golpe fortísimo, que dejó la trompa del auto irreconocible.

De hecho, el vehículo se habría incendiado tras el golpe: el polvillo de los matafuegos quedó sobre la carrocería.

También hubo marcas de dedos ensangrentados sobre la puerta del acompañante.

Lastimado en toda la cara y con un brazo fracturado, el ladrón de 31 años y domicilio en Florencio Varela salió corriendo como pudo.

Paradójicamente, su carrera empezó en el arco de entrada de un regimiento militar. Siempre por Güemes, el fugitivo llegó hasta el camino Centenario y de ahí dobló hasta Cantilo. Muy cerca de la estación de trenes cayó desvanecido en el suelo.

Ahí lo atrapó personal policial de la zona, avisado por un testigo que lo descubrió malherido, probablemente sin saber que recién había participado de un robo.

Los efectivos convocaron al SAME y una ambulancia lo trasladó al hospital de Gonnet, donde quedó en calidad de aprehendido. Se esperaba que, en caso de ser dado de alta, sea llevado a las fiscalías para que le tomen declaración.

De los dos ladrones restantes no quedaron casi rastros. Sólo el arma calibre 22 que usaron para asaltar al repartidor.

Además, cigarrillos y una botella de gaseosa, entre los hierros retorcidos de un auto completamente destrozado.

 

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