Acusados del crimen del remisero se negaron a responder preguntas
Edición Impresa | 17 de Octubre de 2017 | 01:47

Los acusados por el crimen del remisero de Guernica, a quien apuñalaron 46 veces y casi decapitaron, fueron indagados ayer por el fiscal Juan Cruz Condomí Alcorta, pero se ampararon en el silencio y prefirieron no responder preguntas.
Por eso, al término de esa audiencia, los volvieron a esposar y los llevaron a su lugar de detención, a la espera de que la Justicia resuelva su situación procesal.
El fiscal le imputó a Rocío Pérez (22), alias “La Polaca”, y a Jefferson Bordenave (18) el delito de “homicidio doblemente calificado por alevosía y criminis causa (es decir matar a una persona para consumar otro delito, en este caso el robo, y procurar su impunidad), en concurso real con el delito de robo doblemente calificado por el uso de arma y en poblado y en banda”.
Fuentes judiciales aseguraron que Pérez tiene antecedentes penales y estuvo presa en un penal del Servicio Penitenciario bonaerense, mientras que Bordenave es un ciudadano peruano, que recientemente ingresó al país.
En tanto, también fue indagado Luis Miguel Sánchez, pareja de Rocío Pérez, a quien se le imputó el delito de “encubrimiento agravado” y, si bien se negó a declarar, seguirá detenido.
Respecto a la menor de edad que fue apresada, Condomí Alcorta dio intervención al fiscal Juan Benavídez, del Fuero Penal Juvenil de La Plata, quien solicitó una medida de seguridad y será internada en un instituto de menores.
Los investigadores recibieron en las últimas horas el resultado de la autopsia a la que fue sometido el cuerpo del remisero Fernando Adolfo Claret (53) y se estableció que falleció como consecuencia de las 46 puñaladas que recibió en su cuerpo y por el profundo corte en el cuello.
Ayer por la tarde, los compañeros de Claret en la remisería en la que trabajaba reclamaron Justicia para su amigo.
“Estamos pésimo, no lo podemos creer. Lo que le pasó a Fernando no se lo deseamos a nadie, ayer -por el domingo- lo velamos y tenía toda la cara lastimada. Una persona que hace una cosa así no tiene alma, no puede estar libre. Queremos Justicia”, expresó Cristian, dueño del remís que utilizaba Claret.
El hecho comenzó a las 3 de la madrugada del sábado, cuando dos mujeres, entre ellas la adolescente, y un hombre, acudieron a una remisería de San Vicente para tomar un auto y supuestamente regresar a su vivienda de Guernica.
Fuentes judiciales señalaron que cuando estaban por subir a un auto, Claret le dijo a su compañero “Dejá que me toca a mí. Voy yo”, tras lo cual le dijo a los pasajeros que se subieran a su Corsa de color gris.
Aproximadamente a la hora y media de viaje y, según testimonios de vecinos del lugar, el vehículo apareció encajado en el barro en la calle 41, en el barrio Las Lomas de Guernica.
Los testigos vieron cómo el conductor se bajó del auto mareado y ayudado por una de las mujeres y el joven, quienes lo trasladaron unos 150 metros a pie a un descampado, mientras la adolescente permaneció en el asiento trasero.
Siempre según los testimonios de los vecinos, a los pocos minutos la mujer y el hombre volvieron sin el remisero al auto, pero se subieron al mismo y se fueron del lugar.
A raíz de esto, un vecino llamó al 911 y al acudir efectivos del Comando de Patrulla al lugar, encontraron a Claret asesinado.
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