“Dicen que el tiempo apaga todo, pero es mentira”
Edición Impresa | 22 de Octubre de 2017 | 02:49

En casa de los Vatalaro, solo queda igual la pieza de Alejandro, con su ropa en el placard, sus muebles, sus cosas en ese mundo privado de juventud en soltería. “Muchos dicen que el tiempo apaga todo, hasta el dolor, pero es mentira”, dice Graciela Coronel, mamá de Alejandro y Cristian, y viuda de Salvador “Turi” Vatalaro.
El asesinato de Alejandro puso a la familia en crisis. “Turi murió a los dos años. Nos habíamos separado. Creo que no soportó todo esto y no quería tratarse. Dejó de cuidarse y le dio un ACV. Yo empecé un tratamiento con psicólogo y psiquiatra porque no quería ser una carga para Cristian, mi otro hijo. Pensé que era injusto que yo no pudiera estar como madre con él”. La fuerza de madre, el tratamiento profesional, la ayudan pero todavía algo perdura: “el psicólogo me dice que debo asumirlo, pero no puedo”, lamenta.
La mujer recuerda que “Alejandro y Ricky (Torres Barboza) llevaban tres días haciendo guardia en la Planta. Eran recién egresados de la escuela y eligieron ir porque querían seguir estudiando. Pensaban que podían hacerlo ahí, de noche”.
Alejandro había elegido la carrera de policía tras un breve paso por Tribunales, donde trabajaban otros familiares.
“Le costó el primer mes en la Policía. Luego le encantó . Llevaba el uniforme con orgullo”, asegura Graciela. Todo terminó en esa noche de violencia y muerte. “Fue aberrante lo que les hicieron. Se ensañaron. Pienso que había más gente involucrada porque algo así no pudieron hacerlo solos -los condenados y el prófugo-”, sostiene.
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