Un atacante solitario produjo la mayor matanza a tiros en la historia de EE UU
Edición Impresa | 3 de Octubre de 2017 | 03:46

LAS VEGAS.- Un hombre apostado en el piso 32 de un hotel de Las Vegas disparó contra un concierto al aire libre al que asistieron cerca de 30.000 personas, y convirtió la explanada en un campo de muerte del cual no había muchas opciones para escapar que provocó 59 muertos.
En la peor matanza a tiros en suelo estadounidense en la historia moderna del país, la policía confirmó que también 527 personas resultaron heridas.
El motivo del ataque continúa siendo un misterio. “No puedo meterme a la mente de un psicópata en este momento”, dijo jefe de policía Joseph Lombardo.
Los asistentes al concierto corrieron por sus vidas la noche del domingo al otro lado de la calle del Mandalay Bay Hotel and Casino luego de que escucharon lo que en un comienzo parecía fuegos artificiales pero resultaron ser ráfagas de disparos, quizás de lo que fuera un arma automática.
Agentes del equipo táctico SWAT usaron explosivos para entrar en la habitación de hotel del atacante y hallaron que se había suicidado, dijeron las autoridades. El atacante fue identificado como Stephen Craig Paddock, de 64 años, un pensionado de Mesquite, Nevada, y tenía consigo por los menos 17 armas de fuego, incluyendo fusiles.
ISIS
El Estado Islámico (ISIS) se atribuyó el ataque. Sin embargo, el agente del FBI Aaron Rouse y otros miuembros de inteligencia dijeron que no habían visto nada hasta ahora que vinculara el ataque con grupo terrorista alguno.
La estrella de la música country Jason Aldean estaba sobre el escenario del Route 91 Harvest Festival el domingo cuando el agresor usó un objeto para reventar las ventanas de su cuarto de hotel y comenzó a disparar. Las luces de los disparos se podían percibir en la oscuridad, informaron las autoridades.
La multitud, ubicada en un espacio al aire libre, tenía pocos lugares para cubrirse y ningún camino para escapar fácilmente. Algunas víctimas cayeron al suelo, mientras que otras huyeron en pánico. Algunos se escondieron detrás de los puestos de venta, mientras que otros se arrastraron debajo de autos estacionados.
Luego de la primera ráfaga de disparos, la música se detuvo. Aldean abandonó el escenario y muchos asistentes estaban confundidos. La segunda parte del tiroteo continuó tras medio minuto.
“Fue lo más loco que he visto en toda mi vida”, dijo Kodiak Yazzie de 36 años. “Podías escuchar que el ruido venía del lado oeste de donde nosotros estábamos, del Mandalay Bay. Podías ver una luz, otra luz, más luces”.
Monique Dumas, de la Columbia Británica de Canadá, dijo que estaba a seis filas del escenario cuando comenzaron los disparos. Al principio, dijo que pensó que alguna botella se había roto, y luego que se trataba de fuegos artificiales.
Las parejas se tomaban de la mano al correr a través del terreno. Se podían ver rostros de confusión y shock, y la gente lloraba y gritaba. Algunos tenían sangre, otros fueron cargados por asistentes al concierto. Decenas de ambulancias se llevaron a los heridos, mientras que algunas personas subieron a las víctimas a sus autos y los llevaron al hospital.
Algunos de los heridos fueron alcanzados por las balas. Otros pisoteados por la multitud durante los momentos de pánico.
Al parecer el agresor disparó por más de 10 minutos mientras la policía de Las Vegas trataba frenéticamente de localizar al hombre en una de las torres del Mandalay Bay, de acuerdo con las comunicaciones de radio. Por varios minutos, los agentes no sabían de dónde provenían los disparos, si del Mandalay Bay o del Luxor, un hotel vecino.
Los investigadores dieron pocos detalles sobre las armas que el atacante utilizó, pero informó a través de la radio que eran disparos de un arma automática.
En un discurso a la nación, el presidente Donald Trump calificó el ataque como “un acto de maldad pura” y añadió que “en momentos de tragedia y horror, Estados Unidos se une como uno solo, así siempre ha sido”. Ordenó izar todas las banderas a media asta.
Las salas de urgencias de los hospitales estaban repletas de heridos. El representante Ruben Kihuen, cuyo distrito incluye una parte de Las Vegas, visitó un hospital y dijo que “literalmente, cada una de las camas está ocupada, cada pasillo se está utilizando. Cada persona que está ahí está tratando de salvar vidas”.
Las autoridades de Las Vegas pidieron donaciones de sangre e instalaron una línea telefónica para reportar a las personas desaparecidas y agilizar el proceso de identificación de los muertos y de los heridos.
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