Masiva marcha en Barcelona a favor de la unidad española
Edición Impresa | 30 de Octubre de 2017 | 03:23

BARCELONA.- Decenas de miles de personas expresaron ayer en las calles de Barcelona su rechazo a la declaración de independencia aprobada el viernes pasado por el Parlamento de esa región y clamaron a favor de la unidad de España. “Todos somos Cataluña” fue el lema de la manifestación organizada por una entidad denominada Sociedad Civil Catalana (SCC) a la que, según sus datos, asistieron 1,1 millones de personas, mientras que la Guardia Urbana de Barcelona bajó la cifra a 300.000 manifestantes.
La marcha tuvo un carácter festivo y reivindicativo apenas dos días después de que la Cámara regional catalana aprobara una declaración de independencia sin valor legal y que no fue reconocida por ningún Gobierno ni por ninguna organización internacional.
La manifestación fue encabezada por dirigentes de Ciudadanos (liberales), PSC (socialistas) y PPC (centroderecha), los tres partidos cuyos diputados dejaron el hemiciclo catalán el viernes antes de la votación de la resolución sobre la independencia de Cataluña, en abierto desacuerdo con la iniciativa.
Unas horas después el Gobierno español, previa autorización del Senado, decretó el cese de todo el Gabinete catalán y la disolución del Parlamento autonómico, con el llamado a elecciones para el próximo 21 de diciembre, con el fin de restablecer la legalidad constitucional.
Ayer, los constitucionalistas catalanes hicieron una prueba de fuerzas en las calles de Barcelona, donde se vieron numerosas banderas españolas, pero también catalanas y europeas, y se cantó “viva España” y “viva Cataluña”.
Al término de la marcha tomaron la palabra el ex ministro del PP Josep Piqué, el ex ministro socialista y ex presidente del Parlamento Europeo Josep Borrell y el ex líder del Partido Comunista Español Paco Frutos. Los tres abogaron por favorecer la convivencia y la concordia y rechazaron los intentos de dividir a los catalanes que atribuyeron a los independentistas.
El manifiesto leído por los organizadores apeló a la sensatez para superar la actual crisis y volver a la legalidad y la convivencia pacífica y llamaron a votar con ese fin el 21 de diciembre.
El hecho de que esas elecciones sean convocadas por el Ejecutivo español en aplicación de la Constitución genera un problema a los partidos secesionistas, que ahora deben debatir si concurrirán, lo que de algún modo supondría aceptar el marco generado por el Gobierno de Mariano Rajoy. En caso de no hacerlo, los independentistas quedarían fuera de las instituciones autonómicas los próximos años.
A este respecto, el cesado vicepresidente del Gabinete regional, Oriol Junqueras, publicó ayer un artículo en el diario El PuntAvui en el que escribe que “en los próximos días tendremos que tomar decisiones, y no siempre serán fáciles de entender”. Junqueras es presidente de ERC (republicanos de izquierda), al que una encuesta publicada por el diario El Mundo otorga la condición de más votado, por delante de los liberales de Ciudadanos y los socialistas del PSC. Sin embargo, una hipotética reunión de los partidos separatistas que hasta ahora impulsaron ese proceso no alcanzaría la mayoría absoluta del Parlamento catalán, que sí ha tenido en la legislatura recién concluida.
Hoy, el Gobierno español asumirá plenamente la administración regional en el primer día laborable después de la aplicación del decreto constitucional y de la destitución de Puigdemont y su equipo.
En tanto, el primer ministro belga, Charles Michel, pidió a su secretario de Migración y Asilo, Theo Francken, que no eche “leña al fuego”, después de que éste dijera que el ex presidente catalán Puigdemont, puede pedir asilo político en Bélgica. En un comunicado, Michel señaló que el asilo para Puigdemont “no está en absoluto en el orden del día” del Gobierno. (EFE)
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