Los museos y un recurso que la Región debe aprovechar

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La siempre nueva y original experiencia de abrir las puertas de los Museos de nuestra ciudad en horas nocturnas para que la gente pueda conocer el patrimonio histórico, artístico y científico que ellos contienen volvió a contar antenoche con el respaldo de miles de personas que, a su vez, dejaron un claro testimonio del potencial que reúnen estas muestras y del interés del público por recorrerlas.

Como se sabe, más de treinta museos de nuestra zona abrieron sus puertas para exponer sus múltiples propuestas y exhibiciones. En algunos casos, como en el del Museo de Ciencias Naturales, el público debió acudir con linternas para vivir una experiencia diferente. Lo cierto es que el rico acervo que pudieron apreciar los visitantes que se sumaron a los diferentes circuitos trazados cautivó a quienes se lanzaron a participar de la velada, enriquecida por el clima, que acompañó con una cálida y clara noche. Tras la caída del sol, miles de personas de todas las edades se desplazaron de museo en museo, con el objetivo de experimentar una forma distinta de ver las exhibiciones.

Se estimó que las salas ubicadas en el Paseo del Bosque fueron las más concurridas. Centenares de autos circulaban por las calles internas. Y miles de personas hacían fila para entrar al Observatorio -se demoraba casi una hora- o para acceder al Museo de Ciencias Naturales, cuyas colas se extendían por más de 300 metros. En los alrededores, personajes vestidos con llamativos trajes egipcios sorprendían a los visitantes que iban de una sala a la otra, muchos de ellos con linternas en mano. En una sala especialmente ambientada grandes y chicos estaban alucinados con una experiencia 3D que los sumergía en el Antiguo Egipto.

Sin embargo, debe señalarse que la asistencia fue nutrida en todos los centros de atracción. La actividad, organizada desde la Red de Museos, esta vez contó con la participación de otras instituciones de La Plata, Berisso y Magdalena y, cerca de la medianoche, la velada tuvo un cierre especial, con una propuesta musical con tambores en las escalinatas del Museo de La Plata.

En esta columna siempre se ha valorado especialmente la importancia que tiene asegurar la continuidad de experiencias que demuestran ser exitosas, como ha venido ocurriendo en nuestra zona con la Fiesta del Inmigrante y que encuentra su ejemplo más palmario en la Feria del Libro, mantenida a lo largo de décadas en la Ciudad de Buenos Aires.

En este caso se está frente a una jornada de similar naturaleza a la que se conoce como Noche de los Museos que se desarrolla en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que en la Región lleva varias ediciones consecutivas en los últimos diez años y que han convocado grandes presencias de público. Nada impide, entonces, que esta celebración siga ese mismo camino en nuestra ciudad.

Si algo ha quedado fehacientemente demostrado es que, pese a la vigencia de tantas circunstancias adversas, el conocimiento científico, la cultura y el arte son más que suficientes estímulos para la gente. El hábito y la divulgación hacia mayores franjas de la población de estos acontecimientos redundarán, inevitablemente, en mayores beneficios para la sociedad.

Además, experiencias como la que se vivió el sábado pasado pueden contribuir a vigorizar los evidentes atractivos que caracterizan a nuestra zona, que sólo necesitan ser mejor aprovechados a través de una mayor promoción y de una más inteligente exhibición.

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