Las maldiciones del “faraón niño” que causaron pánico

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“La muerte golpeará con su tridente a aquel que turbe el reposo del faraón”, rezaba la leyenda que encontró Howard Carter en una antecámara de la tumba de Tutankamón.

Muchos han sido los misterios alrededor del descubrimiento del sepulcro del soberano egipcio, pero ninguno de ellos con tantos ribetes trágicos como “La Maldición del Faraón”.

A principios de 1923, Carter y su amigo Lord Carnarvon abrieron la tumba del joven faraón, y dos meses más tarde Carnarvon murió repentinamente por envenenamiento de la sangre causado por un mosquito, generando pánico en la época.

Los rumores sobre la maldición siguieron creciendo cuando otros trabajadores que habían participado de la excavación murieron sorpresivamente, además de Audrey Herbert, que estuvo presente en la apertura de la cámara real y que murió inexplicablemente en cuanto volvió a Londres, al igual que Arthur Mace, el hombre que dio el último golpe al muro para entrar en la cámara.

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