El Rojo festejó ante su gente y el Millo está casi afuera de la lucha
Edición Impresa | 19 de Noviembre de 2017 | 05:59

Independiente, con gol de Domingo, se quedó con el clásico contra River, en el Libertadores de América.
El trámite comenzó con un equipo de River tratando de jugarle de igual a igual al Rojo, con una presión intensa en la zona media, para no permitirle al elenco de Avellaneda manejar la pelota para triangular por abajo, que es donde los de Holan más cómodos se sienten.
UNA INSÓLITA EXPULSIÓN
Hubo un hecho que alteró por completo el trámite del partido: la increíble expulsión del arquero Germán Lux, que tomó la pelota con sus manos en un pelotazo largo en el ataque de Independiente, cuando ya estaba a más de tres metros del área gran del Millonario.
Fue una reacción pocas veces vista (por lo ampulosa de la mano y lo lejos que el arquero ya estaba del área) en el fútbol de primera división en el último tiempo. Producto de ello, el árbitro del partido, Silvio Trucco, le mostró la tarjeta roja al arquero, por último recurso.
Allí River se quedó con una variante menos en la ofensiva, ya que el DT de los de Núñez se vio obligado a quitar del campo de juego a Nicolás De la Cruz, para propiciar el ingreso del arquero suplente. Allí, entró el portero suplente Enrique Bologna y los dirigidos técnicamente por Marcelo Gallardo se plantaron de otra manera en el terreno de juego.
Pese a contar con un hombre de menos, la visita siguió buscando y hasta tuvo alguna chance para ponerse al frente en el marcador cuando todo Independiente estaba volcado en la zona ofensiva del terreno de juego.
Sin embargo, se fueron al descanso con el marcador en blanco.
EN EL COMPLEMENTO, EL ROJO SALIÓ CON MÁS GANAS DE ATACAR
En la parte final el equipo dueño de casa salió de otra manera, con más decisión en búsqueda de las tres unidades.
Por esa razón, a River se le empezó a complicar la historia. El ingreso de Barco le dio más verticalidad para atacar a un fondo Millonario un tanto desprotegido, con muchos huecos bien aprovechados por los de Avellaneda.
River apostó a algunas contras solitarias, pero el que atacó más en bloque fue el local. En una de esas tantas salidas, Juan Sánchez Miño, uno de los mejores hombres del Rojo, rompió de manera notable por la banda izquierda, llegó hasta el fondo y cedió hacia atrás para la muy buena definición de Nico Domingo para el grito de gol local.
Fue un excelente cierre para los de Holan. Que se metieron los tres puntos en el bolsillo. Y el Millo casi le dijo adiós al torneo.
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