Una historia de nunca acabar que ya lleva dos décadas

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El fenómeno de los llamados “trapitos” se inscribe en el marco que impera en las calles platenses, donde una suerte de anarquía generalizada en cuanto al uso del espacio público parece ser la única ley dominante. Sabido de sobra es que el tema dista de ser reciente. La actividad se remonta, de mínima, a dos décadas atrás, cuando en 1998 los primeros cuidacoches empezaron a ganar las esquinas inaugurando una actividad que no tardaría en provocar quejas, mientras crecía a pasos agigantados. El 23 de marzo de marzo de 2000, el Concejo Deliberante aprobó por unanimidad una ordenanza prohibiendo el trabajo de los cuidacoches, pero la actividad no sólo no perdió terreno desde entonces, sino que ante la indiferencia comunal, se volvió una problemática cada vez más dificil de erradicar.

 

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