Un “evento violento y anómalo”, que da indicios del desenlace más temido

El incidente se comprobó mediante hidrófonos. Un cortocircuito en el sector de baterías podría haber provocado una detonación

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En medio de la incertidumbre y la angustia que van a cumplir hoy su noveno día, existe un sólo dato muy certero, confirmado ayer por la Armada, y que lleva a conjeturar sobre la situación y desenlace más temido.

Ahora se sabe que una explosión ocurrió muy pocas horas después de la última posición reportada por el submarino ARA San Juan, en aguas del Atlántico Sur, antes de desaparecer cuando emprendía el viaje de regreso a Mar del Plata.

Este incidente, detectado mediante hidrófonos (micrófonos subacuáticos), según pudo comprobar la Marina estadounidense primero y luego una organización creada para detectar cualquier ensayo nuclear en el mundo, se produjo el miércoles 15 -día en que se perdió el rastro del sumergible-, a las 10:31 hora local y a 30 millas náuticas al norte de la última posición reportada, 3 horas antes.

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“Un evento anómalo, singular, corto, violento y no nuclear consistente con un explosión”, fue el mensaje que llegó desde Austria a manos de los jefes de la Armada, 8 días después, una demora que trajo varias suspicacias y explicaciones de defensa desde esa fuerza.

El miércoles ya el primer indicio oficial no traía buenas noticias. Apenas tres horas después de perder la comunicación con el sumergible, se detectó en EE UU una “anomalía hidroacústica” o “ruido” cerca de donde se reportó por última vez su ubicación, en la zona del Golfo San Jorge, a 432 kilómetros de la costa argentina. Es decir a unos 27 kilómetros de la última posición conocida del submarino, con un círculo probable de error de 125 kilómetros. Ayer se confirmó que se trató de una explosión. Y a pesar de los rastrillajes por agua y aire en esa zona, no surgen aún rastros del San Juan.

baterías en la mira

El capitán del submarino reportó un fallo de una batería cuando la nave estaba camino de la base marítima de Mar del Plata. El vocero de la Armada, Ricardo Balbi, admitió que hubo tal reporte de avería antes de perder todas las señales de comunicación. Pero aseguró que desde el comando del sumergible dijeron que estaba solucionada y seguían su lento rumbo de regreso.

Si hubo una explosión o implosión dentro del submarino argentino, la hipótesis principal apunta a las baterías.

Explican que se pudo haber generado un cortocircuito, capaz de generar un arco voltaico entre las baterías y el casco del sumergible, causando como un relámpago que, en un recinto cerrado y de poco espacio, produciría una onda expansiva, estiman, con serias consecuencias.

También hay coincidencias que el San Juan no habría podido salir a flote para pedir ayuda, en medio de la posible emergencia.

en caída

El capitán retirado James H. Patton Jr., presidente de la consultora Submarine Tactics and Technology, explicó que “si un submarino cae por debajo de su profundidad de aplastamiento (profundidad máxima de inmersión) implosionaría, colapsaría”.

Agregó, ante una consulta de la agencia de noticias AP, que “sería una explosión muy, muy grande para cualquier dispositivo de escucha”.

Veteranos submarinistas recuerdan la desaparición del USS Scorpion, a 400 millas al suroeste de las Azores, en el Atlántico, que llevaba 99 tripulantes.

Los restos del submarino se encontraron cinco meses más tarde, a más de 3.000 metros (10.000 pies) de profundidad. Se cree que una explosión o activación accidental de una batería de torpedo provocó el accidente.

 

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