Por carta, el Papa pidió a los sindicalistas luchar contra la corrupción en los gremios

Decepción de la numerosa representación gremial argentina en Roma, porque el Sumo Pontífice no fue al encuentro

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El papa Francisco pidió ayer a dirigentes gremiales de todo el mundo, incluida una delegación de más de 25 argentinos, que “no se dejen corromper”, en una carta enviada a la clausura de un congreso que se desarrolló en el Vaticano.

Los gremialistas argentinos que viajaron al Vaticano a participar del Encuentro Internacional de Organizaciones Sindicales, se quedaron con las ganas de estrecharle la mano al Papa Francisco en el cierre del encuentro.

Peter Turkson, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, que organizó el encuentro, fue el encargado de anunciar la noticia.

“Hasta hace una hora estaba confirmado que venía, pero el Santo Padre me hizo llegar hace minutos una nota en la que se disculpa con todos ustedes, pero por su viaje a Myanmar y Bangladesh tiene trabajo atrasado y no puede venir”, dijo el purpurado, y luego comenzó a leer una carta que el Papa les mandó a los asistentes.

LAS “TRES TENTACIONES”

“Les ruego se cuiden de tres tentaciones. La primera, la del individualismo colectivista, es decir, de proteger sólo los intereses de sus representados, ignorando al resto de los pobres, marginados y excluidos del sistema”, aseguró el Papa en una misiva a los participantes del encuentro de dos días en el Vaticano al que concurrió una nutrida comitiva argentina, pero a cuyo cierre Francisco finalmente no asistió.

En la carta, leída ante el auditorio, el Papa sostuvo que “sindicato es una palabra bella que proviene del griego dikein (hacer justicia), y syn (juntos)” y les solicitó a los dirigentes: “Por favor, hagan justicia juntos, pero en solidaridad con todos los marginados”.

“Mi segundo pedido es que se cuiden del cáncer social de la corrupción. Así como, en ocasiones, la política es responsable de su propio descrédito por la corrupción, lo mismo ocurre con los sindicatos”, advirtió el Pontífice, cuya presencia estaba anunciada para la clausura en el programa oficial del evento pero finalmente dejó a la cúpula sindical sin foto.

“Es terrible esa corrupción de los que se dicen ‘sindicalistas’, que se ponen de acuerdo con los emprendedores y no se interesan de los trabajadores, dejando a miles de compañeros sin trabajo; esto es una lacra, que mina las relaciones y destruye tantas vidas y familias”, agregó.

Al dirigirse a los participantes de más de 30 países, el Papa les pidió: “No dejen que los intereses espurios arruinen su misión, tan necesaria en los tiempos en que vivimos”, y afirmó que “el mundo y la creación entera aguardan con esperanza a ser liberados de la corrupción. Sean factores de solidaridad y esperanza para todos”.

“¡No se dejen corromper!”, les pidió Francisco en la carta que leyó, en italiano, el prefecto del dicasterio organizador, el cardenal ghanés Peter Turkson, organizador del encuentro.

“El tercer pedido es que no se olviden de su rol de educar conciencias en solidaridad, respeto y cuidado”, planteó Francisco, al cierre del evento en el que unos 300 participantes discutieron sobre “El trabajo y el movimiento de los trabajadores en el centro del desarrollo humano integral, sostenible y solidario”.

“DECEPCIÓN”

Entre los asistentes argentinos se encontraban representantes de la (CGT) y de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA)

Por parte de la CGT estaban dos de los integrantes del triunvirato que la conduce: Héctor Daer y Juan Carlos Schmid; por la CTEP asistió su secretario general, Esteban Castro; por la CTA Autónoma, Pablo Micheli; y los dirigentes Omar Viviani, Roberto Baradel, Julio Piumato y Gerardo Martínez, entre otros.

Los sindicalistas expresaron su “decepción” por la ausencia de Francisco. “Podría haber venido diez minutos a saludar”, dijeron.

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