ARA San Juan

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El ruego, el dolor, el llanto y las esperanzas que se acaban. A los familiares de los 44 tripulantes del submarino ARA San Juan, les acaban de confirmar que hubo una explosión. Muerte, esa maldita palabra, se dibuja en la mente de todos. El alambrado que delimita el terreno de la base de submarinos de Mar del Plata ya se ha convertido en un santuario. Allí se concentran las lágrimas. Allí el dolor. Allí las fotos de aquellos seres queridos a los que no volverán a ver.

 

 

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