“Su uso recreacional, especialmente a bajas edades, resulta muy perjudicial”

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Aunque muchas personas tiendan a ver hoy a la marihuana como una droga prácticamente inocua, la realidad es que su uso recreacional, especialmente a bajas edades, resulta muy perjudicial. Esto no significa que no le haga daño también a los adultos, sino que el daño que produce es mayor en personas que están en pleno desarrollo.

Como está más que comprobado, el consumo de marihuana entre pre adolescentes inhibe hormonas centrales como la gonadotropina, la tirotropina, la testosterona y la hormona del crecimiento. Esto hace que los adolescentes no sólo no crezcan en altura todo lo que podrían crecer sino que puedan sufrir además problemas de fertilidad. En el caso de los varones, porque disminuye el volumen testicular y reduce tanto la cantidad como la movilidad de los espermatozoides; en las chicas, porque les provoca alteraciones a nivel del ciclo menstrual.

El consumo de marihuana también tiene efectos adversos sobre la memoria y la capacidad cognitiva; cuanto más precoz sea, peor. Esto ocurre por que disminuye la circulación cerebral al nivel del hipocampo, que es la zona que maneja los recuerdos. Y al tener afectación de la memoria puede producir además alteraciones en las capacidades de aprendizaje y de atención.

Su uso también altera la regulación de la glucosa. De hecho, la conocida gula de la marihuana que lleva a comer hidratos de carbono y azúcares en forma compulsiva después de fumar se produce justamente por una baja en la glucemia. Por eso no aconsejaría que una persona con diabetes use cannabis en forma recreacional, ya que podría ponerse en riesgo en dos momentos: al sufrir una baja en la glucemia y al intentar compensarla comiendo después.

Por otra parte, si bien se ha visto que la marihuana es un inmuno modelador beneficioso de la inmunidad humoral mediada por anticuerpos, puede afectar la inmunidad mediada por células. En otras palabras, puede causar una baja en las defensas del cuerpo favoreciendo así la aparición de enfermedades.

En lo que hace al sistema respiratorio, tiene efectos respiratorios similares a los del tabaco. Pero además cuando se une al tabaco produce una sinergía que multiplica el efecto perjudicial y las posibilidades de desarrollar enfermedades como EPOC, enfisema y cáncer de pulmón.

Como se ve, lo mismo otras drogas, sean consideradas de abuso o no, el cannabis tiene efectos adversos. Por eso hay que administrarlo cuando se lo necesita y evaluando muy bien esos efectos; usarlo por recreación es poner en juego la salud.

(*) Directora del Hospital Especializado en Toxicología de la Provincia

 

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