Hace falta mejorar el nivel investigativo de los delitos penales
Edición Impresa | 5 de Noviembre de 2017 | 02:53

La necesidad de que se concreten mejoras sustanciales en el accionar investigativo de la Policía y de la Justicia penal ha sido y sigue siendo una inquietud compartida por todos los sectores, a través, inclusive, de reformas legales y de consistentes expresiones doctrinarias, sin que se hayan experimentado avances significativos. Como se sabe, los índices de esclarecimiento de delitos siguen siendo bajos en una situación que permite, obviamente, aludir a una persistente ineficacia del sistema que debe ser revertida.
Dos policías bonaerenses fueron condenados por haber incurrido en desidia en la búsqueda de los Pomar, aquel desgraciado y emblemático caso en el que cuatro integrantes de grupo familiar murieron en un accidente de tránsito en 2009, cuando viajaban en un automóvil por la ruta 31 en cercanías de Salto y se tardó 24 días en localizar sus cuerpos. El caso Pomar quedó para la historia judicial como un penoso ejemplo de ineficacia.
Antes que detallar que los efectivos fueron sentenciados por falsificar actas de rastrillaje, importa advertir que formaron parte de una pesquisa que dejó al descubierto los incomprensibles errores que muchas veces se cometen en las investigaciones penales. Las víctimas fueron detectadas por un pasajero ocasional que, desde la ventanilla de un micro, advirtió los cuerpos tendidos en el único monte existente a lo largo de esa ruta, entre Salto y Pergamino.
El veredicto dado a conocer por un juez correccional determinó que la familia Pomar no fue buscada como se debía y que los rastrillajes fueron deficientes. Cabe recordar que, en su momento, un grupo de vecinos de Salto recorrió el tramo de la ruta donde ocurrió el accidente, ocultó diez pelotas de fútbol en los pastizales -un objeto 200 veces más pequeño que un automóvil- y otro grupo de voluntarios encontró nueve de las diez pelotas en cuestión de horas. En fuentes judiciales se aseguraba que esa experiencia, reflejada en un video, comprometió gravemente a la investigación de la Policía y abrió serias dudas acerca de si se desarrollaron los rastrillajes anunciados.
En realidad, como se ha dicho, no importa tanto hablar de un caso particular como de formular consideraciones de índole general, que puedan ser válidas, acerca de la necesidad de que se alcance, cuanto antes, una mayor eficacia en la estructura policial y judicial de la Provincia , en lo que se refiere fundamentalmente a la investigación de los delitos penales. Podría agregarse aquí el episodio, acaso una suerte de trágico calco, ocurrido en nuestra ciudad hace pocos años, en el que el cadáver de una mujer asesinada apareció, ocho meses después del homicidio, enterrado en la casa de su ex marido, ubicada a metros del domicilio en el que residía la víctima.
Tanto en esos resonantes episodios, como en muchos otros en los que se investiga en forma tardía, errática y deficiente, quedan a la vista verdaderas muestras de ineficacia policial y judicial. Investigaciones realizadas durante muchos meses derivan, no pocas veces, en fracasos. Los especialistas insisten, en este sentido, en que las pruebas que no se colectan en las primeras horas inmediatas a la comisión de un delito, determinan después, casi siempre, la imposibilidad de esclarecerlo. También, advierten, hay que evitar torpezas casi infantiles que suelen invalidar las pruebas.
En los últimos años se puso el acento en consolidar principios doctrinarios que tienen que ver con las garantías del individuo y está bien que así haya sido. Pero pareciera que ahora está claro que la Provincia debe avanzar en mejoras de la capacidad investigativa penal, ya que, sin el mejoramiento de las investigaciones preliminares, continuarán los errores y los fracasos que hoy se advierten en la muchas causas.
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