Morosa reconstrucción de una historia de amor y de horror
Edición Impresa | 15 de Diciembre de 2017 | 04:18

Por: Alejandro Castañeda
LUNA: UNA FÁBULA SICILIANA.- Los realizadores Fabio Grassadonia y Antonio Piazza, se sumergen otra vez en el mundo de la mafia. Su film anterior (Salvo, del 2013) daba cuenta, en un lenguaje más franco y directo, del trágico poder de esa organización criminal. Aquí retoma ese clima contando de manera indirecta el calvario que sufrió Giuseppe Di Matteo, que tenía apenas 12 años, en 1993, cuando lo secuestró la mafia siciliana. Pero esta vez, acaso para restarle aspectos macabros a una suceso terrible, optaron por poner la mirada más allá del horror. Lo hicieron contando una historia de amor adolescente ambientada en un pueblito de Sicilia. Giuseppe y Luna, una compañera de escuela, viven un amor inolvidable y breve. Y será desde allí, desde la evocación y la ausencia, que se dejará ver el impacto terriblemente destructivo de una violencia que recorre todos los ámbitos y que convoca fantasmas y pesadillas. El film prefiere no asomarse demasiado al padecimiento de este chico que estuvo secuestrado más de dos años porque su padre había sido informante de la policía. Será Luna la que nos dejará ver su angustiosa espera.
Con reiteraciones y una morosidad que le resta interés, los realizadores armaron una trama que apela a lo sobrenatural y a las reiteradas descripciones visuales para poder entrever lo que ella piensa y lo que cree ver, un desfile angustioso de sensaciones, algo que el amor por un lado agiganta y por el otro, da esperanza. Pero esas distracciones le quitan contexto a la historia. ¿Qué piensa el pueblo?, ¿Cuál es la conducta del padre? ¿Por qué sólo ella ve lo que los demás no quieren ver? En vez de meterse en aguas más profundas, el film prefiere un tono contemplativo, sin suspenso ni culpables, con escenas alargadas y una cámara que opta por la imaginería al intentar darle vuelo romántico a esta historia desgarradora. Más allá de esos reparos, se mantiene bien arriba el testimonio aleccionador sobre el horror de un mundo que asume el padecimiento y la crueldad como un hecho natural de cada día. (***BUENA)
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