“Nos tomó un año adaptarnos”

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Ana supo que Mercedes (7), su hija mayor, sufría diabetes cuando al volver de un viaje sus niveles de glucemia estaban tan altos que cayó en coma y estuvo internada una semana. Desde aquel episodio, que ocurrió hace tres años, la enfermedad los ha obligado a reordenar toda su rutina cotidiana. “Son muchas cosas que te caen encima de golpe: los controles, las aplicaciones, las comidas, los horarios... Nos tomó un año y la ayuda de otros padres adaptarnos a la nueva rutina familiar. Por suerte ella siempre fue una genia: desde chiquita entendió que tiene que cuidarse mucho para no volver la enfermarse”, cuenta su mamá.

 

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