¿Y si no lo encuentran nunca más?
Edición Impresa | 5 de Diciembre de 2017 | 03:28

Así como la Armada admitió la imposibilidad de continuar con la búsqueda de los tripulantes, pareciera que también, lentamente, podría reconocerse la posibilidad de que no se sepa nunca la razón que hizo desaparecer al submarino ARA San Juan en aguas del Atlántico Sur hace 19 días.
Ayer, ante una pregunta puntual de una periodista sobre si se sabrá alguna vez qué le sucedió a la nave, el capitán Balbi contestó que “es importante el contacto visual de este equipamiento, de poder localizarlo en el lecho del mar. Va a dar un indicio si visualmente se percibe algo que genere una evidencia de lo ocurrido, puede que sí, puede que no”.
“Todo dependerá de poder localizarlo en el fondo del océano, para lo que se seguirá trabajando hasta agotar los medios disponibles”.
Mientras tanto, la confianza pasa ahora por la tecnología de Rusia y Estados Unidos que está a punto de llegar al lugar donde se cree puede estar el buque militar, una superficie de casi 4.000 kilómetros cuadrados.
Esta área se delimitó en torno al punto del mar donde, en base a información de diversos organismos internacionales, se registró una “anomalía hidroacústica” relacionada con un evento “consistente en una explosión” pocas horas después de que se perdiera el rastro del sumergible.
Asi, hoy llegará el barco ruso de exploración científica Yantar, que cuenta con equipamiento de alta tecnología de inspección subacuática y puede efectuar búsquedas a profundidades de hasta 6.000 metros.
Además, el sábado arribará otra embarcación con un robot de Estados Unidos que también puede trabajar en la detección hasta la misma profundidad.
Sin embargo, los trabajos dependerán directamente de las condiciones meteorológicas, que no se esperan buenas para los próximos dos días.
En la última semana, diversos barcos han detectado con sensores seis “contactos” o indicios de objetos metálicos que podían ser el submarino, de los cuales tres ya fueron descartados por ser viejas embarcaciones hundidas.
Es por eso que quedan otros tres, a alrededor de 700, 800 y 900 metros de profundidad, sobre los que deberá trabajar la tecnología rusa y estadounidense, así como el robot ruso Panther Plus, que puede inspeccionar hasta los 1.000 metros y que ya está en el mar argentino desde hace dos días.
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