Suspenden el juicio al “sátiro de las can-can”
| 10 de Febrero de 2017 | 01:49

El juicio oral que debía comenzar el próximo lunes a un supuesto violador serial que aterrorizó a La Plata hace ocho años, se suspendió hasta nuevo aviso, confirmaron fuentes judiciales.
El acusado es Domingo Alberto Corillano, sospechado de atacar sexualmente a por lo menos seis chicas entre 2008 y 2009. Al responsable de aquella seguidilla se lo apodó en entonces como el “sátiro de las can-can”, porque en muchos casos ocultó su cara con medias de mujer.
El Tribunal Oral y Criminal 4 será el que determine si Corillano es, o no, aquel depravado, pero las audiencias no podrán comenzar el lunes -como estaba anunciado- por pedido del defensor particular del imputado, Juan José Barragán. Es que el letrado está abocado por estos días a la defensa de una de las imputadas en el juicio por la muerte de la policía Valeria González, que se extendió más allá de lo previsto. Además, a cargo de ese debate está el tribunal 5, integrado por la jueza Carmen Palacios Arias, quien iba a completar el TOC 4 en reemplazo de Juan Carlos Bruni.
En definitiva, “le pedimos a la Oficina de Audiencias que asigne otra fecha lo antes posible”, confirmó a este diario el juez Emir Caputo Tártara, ya que “es nuestra intensión hacerlo con toda la dedicación y tiempo que el importaante caso requiere”, explicó.
Ayer a la tarde, organizaciones contra la violencia de género se manifestaron frente a los tribunales de 8 entre 56 y 57, para pedir “una severa condena” para Corillano.
Este hombre será juzgado por seis violaciones ocurridas entre octubre de 2008 y abril 2009, contra chicas que no superaban los 23 años. Una de ellas ya murió, confirmaron ayer fuentes judiciales.
“El Sátiro de las can-can” operaba siempre igual. Se movía en un viejo Ford Falcon color champán; se acercaba a sus víctimas en plena noche; las agredía con un cuchillo y las ataba con una bufanda. Después, las sometía de manera aberrante. Aunque intentaba ocultar su cara, fue identificado por dos denunciantes y un familiar de una joven violada en octubre de 2008 logró retener el número de patente de su coche, cuando llegó al lugar del ataque, en City Bell. Con este dato y un dictado de rostro aportado por otras jóvenes, los investigadores llegaron hasta Corillano, quien fue detenido en un taller de chapa y pintura de Ringuelet. En ese momento tenía 54 años, 18 de los cuales los había pasado preso (entre 1973 y 1991) por 13 episodios de abuso sexual. En 1998 fue condenado por tentativa de violación, aunque recuperó la libertad en 2002.
Además de las ruedas de reconocimiento, lo complican cotejos de ADN.
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