Una comunidad golpeada por el horror y el fantasma de la impunidad

Los representantes del Consejo de Consulta de Perú en La Plata confirmaron que al reclamo de Justicia por los femicidios de Maruja Chacón Pérez y Shirley Barrientos se sumaron los familiares de Eloy Quispe y Sandra Ayala Gamboa, dos jóvenes que fueron brutalmente asesinados en la Ciudad en distintos episodios de violencia.

“Hace seis meses que asesinaron a Eloy y hasta ahora el asesino sigue en libertad”, dijeron y reclamaron que “no suceda lo que pasó con Sandra, cuyo asesino fue atrapado después de cinco años”.

“Los migrantes estamos en situación de vulnerabilidad económica y social”, dijeron, en particular las mujeres, ya que “este tipo de depravados piensan que son más vulnerables”. Y denunciaron que “hay cierta estigmatización en la justicia, lo que quedó demostrado el año pasado con el caso de la trans a la que se le agravó la pena por ser peruana”.

SANDRA

Sandra Gamboa, oriunda de Perú, fue abusada y asesinada el 16 de febrero de 2007, cuando se dirigió junto a su amigo Walter Silva al edificio de la ex Dirección de Rentas bonaerense, en 7 entre 45 y 46. Allí la joven debía entrevistarse con un hombre que le había ofrecido trabajo como niñera, por lo cual Silva se retiró y la dejó sola.

Nada más se supo de ella hasta que seis días después fue hallada violada y estrangulada en el baño de ese edificio.

Pasaron más de tres años hasta que detuvieron a Diego Cadícamo, quien en 2012 fue condenado a prisión perpetua por este femicidio y violaciones a otras siete mujeres, ocurridas entre 2005 y 2007.

ELOY

Eloy Quispe Urrutia tenía 27 años cuando el 16 de agosto pasado fue baleado en su verdulería de Plaza Matheu entre 66 y diagonal 73. Ese día irrumpieron allí dos delincuentes que habrían exigido el dinero de la recaudación. No está claro en qué circunstancias, pero lo concreto es que hubo dos disparos, uno de los cuales impactó en el pecho del comerciante.

Los criminales escaparon y hasta hoy siguen prófugos. Eloy, que estaba a punto de convertirse en padre, fue trasladado al hospital San Martín y murió cuatro días después.

“Tenemos miedo de que quede impune, porque somos extranjeros y todavía no sabemos ni por qué lo mataron”, dijo Mely, una de las hermanas de Eloy, en una de las movilizaciones que hicieron a las fiscalías. Aún esperan justicia.