Los Premios de la Academia toman color

Tras dos ediciones “tan blancas”, el talento negro fue reconocido por los votantes de la Academia. Pero, esta vez, olvidaron a los latinos...

“Menuda diferencia respecto al año pasado”, expresaba con aire de alivio la presidenta de la Academia de Hollywood, Cheryl Boone Isaacs, el pasado 6 de febrero en el tradicional almuerzo que la institución cinematográfica organizaba a los nominados de la 89 edición de los Premios Oscar.

El sentir de Boone Isaacs, la primera presidenta afroamericana de la Academia, veinte días antes de la entrega de las estatuillas, dejaba a las claras que la experiencia vivida en las dos últimas ediciones no fue buena para la industria del cine: dos entregas tildadas de “tan blancas”, sin nominados negros en las principales categorías, consecuencia para muchos especialistas del premio otorgado a “12 años de esclavitud” tres ediciones antes.

“Hemos conseguido un progreso real y estoy segura de que va a continuar en el futuro. Queremos ser diversos y liderar con el ejemplo. Nos hemos convertido en agentes del cambio”, añadía la presidenta, contenta por la cantidad de artistas de color nominados en esta ocasión, y no sólo en las categorías de actores, sino también en puestos técnicos como mejor dirección, fotografía o montaje, algo inusitado hasta ahora.

DIEZ NOMINADOS

Hasta diez nominados negros se sentarán el próximo 26 de febrero en el Teatro Dolby, de Hollywood, en espera de ver reconocido su trabajo con un Oscar: seis actores, dos directores, un especialista en fotografía y otro en montaje, añaden sus nombres a la larga lista de nominados de color a la dorada estatuilla, aunque sólo catorce afroamericanos han recibido a lo largo de la historia tan distinguido premio.

Washington repite nominación a mejor actor en 2017, por su trabajo en “Fences” y, junto a él, el más grande batallón afroamericano estará en el Teatro Dolby de Hollywood.

Entre los representantes de la comunidad afroamericana habrá otra que optará por el premio de interpretación protagónico: Ruth Negga, actriz de “Loving”, la historia real de una pareja interracial en Estados Unidos que fue condenada a prisión por contraer matrimonio en la Virginia de los años cincuenta del pasado siglo. De ganarlo, Negga tomaría el relevo de Halle Berry, la única mujer de color, hasta ahora, que ha recogido un Oscar en la categoría de actriz principal. Fue en 2002, por su papel en “Monster´s ball”.

No será fácil para Negga (competirá con la favorita, Emma Stone, Natalie Portman, Isabelle Huppert y Meryl Streep), y tampoco para Washington (entre los hombres, el favorito es Casey Affleck). Quien sí tiene chances certeras de llevarse el premio a casa es Mahershala Ali, conocido por su rol como Remi Danton en “House of Cards” y nominado por “Luz de luna”.

CHANCES EN EL REPARTO

Ali, quien interpreta a un narcotraficante en la trágica cinta, ha recibido el premio del Sindicato de Actores (SAG, en inglés), un gran aval en su enfrentamiento por el Oscar con Jeff Bridges (el otro gran candidato, por “Hell or High Water”), Lucas Hedges (“Manchester by the Sea”), Dev Patel (“Lion”) y Michael Shannon (“Nocturnal Animals”).

Las nominadas actrices de reparto, en tanto, tendrán gran representación negra: tres de cinco candidatas, Olivia Spencer (ya ganadora por “Historias cruzadas”, ahora nominada por “Talentos Ocultos”), Naomie Harris (“Luz de Luna”) y la gran favorita en la categoría y tres veces nominada, Viola Davis (“Fences”) competirán contra Nicole Kidman (“Lion”) y Michelle Williams (“Manchester by the Sea”), que buscará la sorpresa.

Así, estos Oscar reflejan una diversidad sin precedentes que se completa con la nominación de un director negro: Barry Jenkins buscará la primera estatuilla para la minoría con “Luz de Luna”, filme que ganó el Globo de como drama Oro y compite a ocho Oscar, entre ellos al de mejor película.

La cinta no estará sola: entre los nominados en la categoría principal, tres películas retratan problemáticas raciales, y aunque las quinielas apuntan a Damien Chazelle y su “La La Land” como ganadores de los premios principales, la cifra levantó algunas cejas entre especialistas y aficionados.

Discutir la visibilidad ganada a fuerza de lucha es un tema espinoso de tratar en un país dividido racial y políticamente, pero no fueron pocos los que se atrevieron a deslizar que quizás una sobre representación, motivada por el voto político y “culposo” de la mayoría blanca de los miembros de la Academia, dejó sin chances a Amy Adams, largamente celebrada por dos roles durante 2016, “La llegada” y “Nocturnal Animals”, a Anette Benning (“20th Century Women”) y privilegiado cintas que en otras circunstancias no hubieran sido consideradas. Por supuesto, votar en el vacío no es una posibilidad.

¿Y LOS LATINOS?

Lo cierto es que al visibilizar el talento negro los votantes han olvidado del talento latino, casi sin representación en la ceremonia producto, para muchos, del “efecto 12 años de esclavitud”: tras tres premios consecutivos a directores mexicanos, no habrá nominados latinos en las principales categorías.

“No puedo evitar preguntarme dónde están los hispanos (en Hollywood) que, después de todo, suponen el 17 % de la población estadounidense y son incluso un porcentaje más alto del porcentaje de población que asiste frecuentemente al cine”, escribió Santiago pozo, miembro de la Academia, y añadió: “¿Esta falta de verdadero multiculturalismo es culpa de la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood (que organiza los Globos de Oro) o de la Academia? No, no lo es. Esas instituciones reflejan lo que nuestra industria hace, y la verdad es que las oportunidades para los hispanos, tanto delante como detrás de las cámaras, son escasas y poco frecuentes”, añadió.

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