Récord de récords: el comerciante platense que ya sufrió 380 robos

Hugo Beber tiene tres estaciones de servicio en Tolosa. A una la asaltaron dos veces en 27 horas

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Hugo Beber tiene 67 años y es dueño de tres estaciones de servicio que funcionan en sectores “calientes” de la inseguridad, en Tolosa. En el archivo tiene asaltos de toda clase, algunos muy violentos. Entre el miércoles y el viernes, el número de robos que padeció entre esos locales subió a 380, al cabo de 10 años.

“Es una situación que te desgasta y te complica la vida en todos los aspectos. Para mí es una tensión psicológica muy grande, y los empleados trabajan mal”, analizó el comerciante, luego de estos últimos hechos, sufridos por el mismo playero, en la expendedora que funciona en 19 y 520.

El primero de los dos casos se dio hacia las 23.30 del miércoles, de la forma más común: dos jóvenes con la cara semi tapada con gorras, se bajaron de una moto e increparon al empleado.

Con una pistola en la mano, redujeron a la víctima pero no la golpearon. El hombre “se quedó tranquilo, porque ya está acostumbrado a que esto pase”, señaló Beber, dueño de otras dos estaciones en 13 y 520 y en 120 y 526.

Los asaltantes también parecieron calmos, una vez que lograron apoderarse de la plata de la recaudación.

planificado y violento

Diferente fue el caso de ayer a las 2.30 de la madrugada. Los dos delincuentes eran mayores que los que robaron el miércoles, y se movilizaban en un auto gris que por el momento no pudo ser identificado por la marca o el modelo.

Una muestra de que el hecho estuvo planificado fue que al vehículo “lo dejaron en un lugar fuera del alcance de las cámaras, porque seguramente sabían hasta dónde llegan a filmar”, explicó el comerciante.

No hubo nada de calma en esos ladrones, a pesar de que el playero -que había atravesado una situación idéntica 27 horas antes- no se resistió.

Como siempre, exigieron dinero y celulares. “Como no tenía plata, lo lastimaron de un culatazo en la cabeza. Le hicieron un corte y le tuvieron que dar puntos de sutura. Ahora se está recuperando”, afirmó Beber, ante la consulta de este diario.

La víctima debió ser trasladada al hospital de Gonnet por los policías que fueron a cubrir la emergencia. A su llegada, no había rastros de los ladrones.

“esto es una joda”

A partir de su experiencia, el comerciante remarcó que para los delincuentes “es más accesible robar de noche, porque anda menos gente por la zona”.

Cada hecho que se suma al historial de inseguridad genera para él un nuevo trastorno. “Esto me afecta a mí y a toda mi familia. Es algo que nos desgasta. Cuando al playero lo llevaron al hospital, quedó la estación sola. Tuve que conseguir gente para cubrir el turno y me quedé sin dormir”, agregó Beber.

Entre los casos más destacados de entre los 380, figura el ocurrido en 13 y 520 en septiembre pasado: un ladrón le sacó el arma a una policía que estaba de custodia y le gatilló. Su acompañante quedó libre cuando los agentes de la zona se lo encontraron en el minimercado, y dijo no tener nada que ver con el otro.

“Esto es una joda”, sentenció.

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