Al Pincha se le agrandó su arco
Edición Impresa | 11 de Marzo de 2017 | 03:25

La mayoría de los hinchas de Estudiantes se quedó con la pelota mal entregada por Mariano Andújar al juvenil Iván Gómez que acabó en el tercer gol de Vélez y en una derrota increíble. La discusión de ayer giró en torno a la salida desde el fondo, a la necedad de querer hacerlo sistemáticamente y la pregunta ¿es necesario buscarlo a los 44 minutos del segundo tiempo?
Está claro que la decisión de Andújar fue equivocada. Él mismo lo reconoció dentro de la cancha. También el entrenador en la conferencia de prensa. No quedaron dudas que un equipo no puede hacer eso en el final del partido, un partido en el cual no la había pasado bien en materia defensiva por la presión alta del rival.
Pero el problema de Estudiantes no es sólo la salida desde el fondo. Desde hace un tiempo que la muralla que había edificado en el fondo de la cancha se empezó a destruir. El propio Mariano Andújar estuvo las primeras cinco fechas del torneo sin recibir goles. ¡No había manera de hacerle un gol y los protagonistas eran los mismos!
Era tan sólida esa defensa con Sánchez, Schunke, Desábato y Diarte o Aguirregaray que cuando Andújar se fracturó lo reemplazaron Nahuel Losada y Daniel Sappa con regularidad para mantener al equipo en la punta. Si bien les marcaron goles (5 en 6 partidos) colectivamente no hubo grandes diferencias.
En el tramo final del semestre pasado algo se rompió. El equipo empezó a sufrir goles que antes ni pasaban cerca del arco. En las últimas cuatro jornadas de 2016 perdió tres y empató uno. Con la derrota de ayer sumó 1 punto de los últimos 15 en juego. Y el dato no pasa desapercibido: 11 goles (3 de Banfield, 3 de San Juan, 2 de Defensa y 3 de Vélez). Demasiados para un equipo que sacaba chapa de la solidez. ¿Qué le pasó?
En Estudiantes no gustan de apuntar a una línea cuando las cosas salen mal. Es decir, si el equipo no marca goles la culpa no es sólo de los delanteros y viceversa. El equipo perdió el equilibrio en el medio, o bien los rivales le tomaron la mano. El jueves Vélez sistemáticamente colocó un jugador entre Damonte o Ascacibar y Mariano Andújar, obligando a una salida que no está aceitada.
Además de los volantes centrales, tampoco están funcionando los laterales volante. Augusto Solari gana y pierde y sin Carlos Auzqui el equipo no tiene ese recorrido por la izquierda. Tampoco la marca. Y al no tener un jugador que haga jugar al resto muchas veces la pelota regresa más rápido otra vez al área propia.
LOS 11 GOLES Y UN CAMBIO FALLIDO
El primero en desnudar las dificultades fue Banfield, que le marcó tres. El primero de penal, una infracción que pudo evitarse. El segundo y tercero fueron por pérdidas de pelota en mitad de cancha. La defensa de es anoche: Andújar; Sánchez, Schunke, Desábato y Aguirregaray.
San Martín de San Juan también le hizo tres. El primero de Mattia tras ingresar por el segundo palo tras un centro cruzado. Tuvo tiempo de bajar la pelota, enfocar el arco y patear. El segundo fue peor: se cayó Marchioni, Molina tiró un centro que despejó Schunke y tras una serie de rebotes Barceló marcó el gol. Y en el tercer Denning anticipó a Schunke en el primer palo para cabecear al gol. Esa tarde jugaron Andújar; Sánchez, Schunke, Marchioni y Aguirregaray.
Defensa y Justicia fue el tercer equipo en aprovecharse del mal momento albirrojo. Miranda, desde afuera del área (un golazo) y Bareiro, de cabeza ante la mala marca, le dieron el triunfo 2-1 al Halcón. Andújar; Sánchez, Schunke (fracturado), González Pirez (meniscos operados) y Aguirregaray fueron los defensores de esa tarde.
Los goles de Vélez son más frescos y en los tres hubo errores defensivos, principalmente en el último (doble equivocación de Andújar, en el pase y en la reacción tardía). También en el segundo, cuando Dubarbier dejó cabecear al rival.
Nelson Vivas y su cuerpo técnico tomaron nota de los problemas. En Estados Unidos y en el amistoso contra Boca probó con una defensa de 3 o 5 defensores. No funcionó. Por eso volvió al esquema tradicional. Por lo visto el jueves todavía no recuperó la solidez y sin ella le resulta imposible armar el castillo que tanto brillo tuvo meses atrás.
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