Nadia, Luis, John, un formato repetido

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En los discursos políticos parece extenderse un formato que no es nuevo pero que tiende a un mayor protagonismo: presidentes y gobernadores recurren al hombre y la mujer “de carne y hueso” para transmitir sus mensajes “a escala humana” y a través de historias concretas. Se lo vio ayer en los discursos de Macri y de María Eugenia Vidal. Se lo había visto la noche anterior en el primer mensaje de Trump ante el Congreso. “Esta noche nos acompaña John, el padre de un joven asesinado que pide justicia...”, decía Trump mientras la cámara enfocaba al hombre. “Acá, con nosotros, está Luis, un médico que llegó a hacer treinta horas consecutivas de guardia en un hospital de La Rioja...”, dijo Macri ayer en la Asamblea. Y mencionó también a María Marta, la docente del San Cayetano de La Plata que fue amenazada de muerte. Vidal, unas horas después, hablaba de Nadia, una maestra que va a trabajar hasta cuando le duele la garganta. Y llamaba a trabajar “por ellos”, mientras señalaba a un grupo de pibes abanderados.

Es una técnica que demanda un trabajo de producción y que apunta a mostrar cercanía con la gente. Es una técnica de los “coach” y los asesores; un formato que ya han utilizado otros mandatarios de variados signos políticos, aquí y en el exterior. Pero que en las últimas horas se pudo ver de manera muy similar en tres mensajes que tuvieron alto rating.

 

 

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