Dos motochorros encañonaron a un vecino de Villa Castells: pensó que le disparaban

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Los asaltos en la calle, a mano armada y en moto, siguen estando al tope del tipo de robos que se registran en Villa Castells, mano a mano con el saqueo de casas desocupadas. Como ejemplo del primer tipo de asalto, el fin de semana hubo un nuevo caso, en el que un hombre temió que, tal como lo amenazaban, podrían pegarle un tiro.

Sucedió en 493 entre 10 y 11, a 200 metros del camino Centenario y de una garita policial en la que, según denunciaron en el barrio, deja de haber vigilancia por la noche.

Eran alrededor de las 22 del viernes cuando Enrique volvía a su casa después de hacer una compra. “Me estaba por bajar del auto, los vi venir y me di cuenta de que me iban a robar”, aseguró el hombre.

En efecto, uno de los dos asaltantes se bajó de la moto -roja y negra, de baja cilindrada- en movimiento y sacó una pistola.

A continuación, las amenazas de siempre. “Yo no me resistí pero igual, me pedían todo y decían que me iban a matar”, reconstruyó la víctima ayer a la tarde, en diálogo con EL DIA.

“Tirale, tirale”, incitaba el otro ladrón al que lo tenía encañonado. Enrique accedió a darle lo único que tenía: la billetera con tarjetas, documentos y sólo 60 pesos. Nada que a los delincuentes les interesara.

“Se te pasan un montón de reacciones por la cabeza y da mucha incertidumbre. Les terminé dando la llave del auto porque insistían”, señaló el damnificado.

Al cabo de varios minutos los ladrones decidieron irse “como si nada”, en dirección al camino Centenario, y aparentemente pasando por delante de la garita policial vacía a esa hora, a decir de Enrique.

“Llamamos al 911, llegaron a los 20 minutos y no se preocuparon demasiado en ir a buscarlos, aunque parecía que sabían quiénes eran”, lanzó el hombre, todavía indignado por la situación que le tocó vivir.

El remarcó la cuestión del puesto policial, en apariencia desprovisto de recursos humanos y de móviles. “Hay, solamente de día, una persona que hace trabajo administrativo”, señaló.

Un par de días antes de ese asalto, había pasado algo muy parecido a pocos metros: a una mujer la sorprendieron, también en la puerta de su casa, en 492 entre 10 y 11. Le habrían robado sus pertenencias bajo amenazas.

En el barrio circula con fuerza el comentario de que en esa misma moto ya se cometieron “como 20” asaltos callejeros. Siempre de a dos, los delincuentes actúan por sorpresa y se fugan rápido.

Villa Castells atraviesa en los últimos meses una nueva escalada en la inseguridad, donde proliferan los robos en diferentes horarios.

 

 

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