La Selección es un equipo en emergencia

El bajísimo nivel mostrado por la Albiceleste, sumado a la nula autocrítica de Bauza plantean un panorama más que preocupante

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Por Eduardo Tucci

Las cosas del fútbol: la noche en que la Selección tocó fondo en el juego, escaló en las posiciones hasta quedar entre los bendecidos por la clasificación a la Copa del Mundo de Rusia 2018. Socio del sufrimiento, este equipo sigue sometido a un estado de emergencia permanente que lo lleva a resistir como sea, aún despreciando la notable calidad de la gran mayoría de sus integrantes.

La imagen de Chiquito Romero pidiéndole a un alcanza pelotas que se tome todo su tiempo para demorar el juego en los pasajes finales del partido sintetiza mil palabras

La Argentina juega “10 puntos” sólo para su entrenador, continúa sin lograr una identidad como equipo y a esta altura resulta muy difícil determinar qué hace bien o que hace mal. Toda su producción ha quedado envuelta en una mediocridad absoluta, que sólo se interrumpe cuando la pelota llega a los pies de Messi.

SIN PENA NI GLORIA

Así transcurren estas Eliminatorias para el equipo nacional. Sin pena ni gloria. Con más dudas que certezas, sin un indicio claro del estilo o la propuesta que se intenta establecer. No está claro si el esquema que pretende imponer el cuerpo técnico propicia la posesión o el contragolpe, si le cae más cómodo presionar arriba o esperar. Lo único claro es el desconcierto y esto quedó claramente establecido durante los pobrísimos noventa minutos de juego en el Monumental.

La Argentina no debería necesitar la “ayuda” de decisiones arbitrales que le fueron favorables durante todo el juego con los chilenos. Sandro Ricci con sus fallos -el penal sobre todo- fue el que más contribuyó para que los tres puntos quedaran en casa y eso es para preocuparse. Por jerarquía individual y antecedentes resulta imperioso para la Selección dar vuelta la página e imponer una identidad definida.

Claro que para que ello ocurra resultará imperiosa la autocrítica que, al menos hasta la conferencia de prensa posterior al partido, Bauza está lejos de practicar.

El DT no reconoció que su equipo jugó mal, respondió con evasivas y sorprendió a todos con la máxima calificación que le dedicó a la descolorida actuación del jueves a la noche.

Resulta llamativo que el Patón ni siquiera haya logrado establecer uno de sus mandamientos principales: el equilibrio. El desorden domina la escena, los esfuerzos se diluyen en acciones individuales y no hay sorpresa a la hora de buscar el arco de enfrente ni solidez cuando ataca el contrario.

La Argentina no debería necesitar la “ayuda” de decisiones arbitrales que le fueron favorables durante todo el juego con los chilenos. Sandro Ricci, con sus fallos, contribuyó para que los tres puntos quedaran en casa

La Selección quedó entre quienes tienen el boleto para viajar al Mundial la noche en la que se encendieron todas las alarmas futbolísticas. Alivio y preocupación, las dos sensaciones que se mezclaron en medio de la emergencia futbolística que domina al equipo nacional.

La imagen de Chiquito Romero pidiéndole a un alcanza pelotas que se tome todo su tiempo para demorar el juego en los pasajes finales del partido sintetiza mil palabras.

OTRO GRAN DESAFIO PARA LA SELECCION

Ahora se viene otro desafío no menos complicado. En La Paz espera Bolivia, un rival con menor jerarquía futbolística pero en un escenario dificultoso por lo que implica jugar en la altura. Con bajas forzadas y la obligación de mostrar otra cara, la Selección tiene la palabra...

 

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