La culpa de todo la tiene la televisión

Edición Impresa

Por nicolas nardini
OPINION

¿A qué director de televisión se le ocurre ponchar tanto a Leo Messi? ¿Qué realizador puede ser tan burro de regalar tantas y tantas reiteraciones de las acciones del mejor jugador del mundo? ¿Cómo puede haber tantos novatos editores de programas de televisión que hagan hincapié en los distintos recursos de imágenes con un tal Leo Messi?

Todos ellos, y los millones de espectadores de todo el mundo, están equivocados. A nadie le importa si el mejor jugador del planeta manda a visitar a su madre a un árbitro asistente sin taparse la boca, tal como sí hace cuando empieza a organizar el asado post partido con Luisito Suárez en pleno Camp Nou, imaginando que alguno de sus hermanos ya está prendiendo el fuego en su bonita residencia de Castelldefels. A Messi hay que enfocarlo lo menos posible y mucho menos poncharlo cuando grita a viva voz en la mismísima cara de uno de los encargados de impartir justicia. De una vez por todas, hay que dejar de lado el criterio periodístico y mandar a borrar todos los videos que podrían comprometer disciplinariamente al “10”. Es más, sería menester, de aquí en adelante, sentar a Claudio “Chiqui” Tapia, quien desde hoy será el nuevo mandamás de la AFA, al lado de los directores de cámaras que se encarguen de la realización de todos los partidos internacionales que tenga de aquí en adelante la Argentina, para “actuar como argentinos y no mostrar los exabruptos de los nuestros”.
 

Todo lo marcado hasta aquí, por si alguno no agarró la onda, va de broma. Lo que no es chiste (y produce entre bronca, preocupación y pena) es que por esos carriles transitó la primera exposición de defensa esgrimida de manera oficial por la AFA. Las palabras de Jorge Miadosqui, el hombre fuerte de San Martín de San Juan que presidió la delegación nacional en Bolivia, apuntaron a los canales “que tanto anduvieron exponiendo las imágenes de Messi. Los argentinos tenemos que jugar para Argentina”, fue la increíble explicación que el dirigente dio como primera voz oficial por parte de la entidad madre del fútbol argentino. Aquella frase de Romario, que rezaba que “Pelé, callado, es un poeta”, bien podría caber para Miadosqui. Si no hay nada inteligente para decir, muchas veces es mejor guardar silencio.
 

Que pudo haber existido toda una triquiñuela interesada por parte de dirigentes o allegados de otras federaciones que compiten con Argentina en las Eliminatorias para que FIFA se entere o se entere de los términos descomedidos de Messi, buscando sacar ventajas, no habilita a tan pobre defensa de la dirigencia nacional. En todo caso, bueno sería aconsejar a Messi para que no se salga de quicio o ayudarlo, mínimamente, para que en cada partido de la Selección no tenga que mandar el centro e ir a cabecear, al tiempo que recibe patadas y marcas de todos los colores mientras a sus compañeros no se les cae una idea.

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