Un flagelo sin tregua
Edición Impresa | 16 de Abril de 2017 | 03:55

A la luz de las estadísticas, ya no es válido el axioma de que en vacaciones, feriados y fines de semana hay menos accidentes viales en el casco urbano, por el flujo vehicular reducido. Eso ya no aplica, porque el problema no reconoce horarios, fechas, ni barrios. Lo vemos a diario y los que trabajan en servicios de emergencia lo reconocen sin titubeos. El 2016 terminó con la escalofriante cifra de 129 muertos por accidentes de tránsito en la Región, contra los 85 del año anterior. La tendencia es general. Un informe del Instituto de Seguridad y Educación Vial (ISEV) registró una suba del 25% en la mortalidad vial si se compara febrero de 2017 con el del año anterior. No son pocos los que ligan al fenómeno con el aumento del número de vehículos que circulan por la calle, aunque los especialistas no prefieren poner el acento en la “cultura de la irresponsabilidad” antes que en la ampliación del parque automotor. El mismo estudio analiza el perfil de los accidentes de tránsito ocurridos en febrero en todo el país. Uno de cada tres siniestros involucró una moto (el 67% de las lesiones se producen en la cabeza), mientras que el 51% de los muertos fueron menores de 30 años. A contramano de lo que se supone, el domingo es el día en el que mayor probabilidad hay de padecer un siniestro, detectó el registro. Los choques suelen tener como escenarios zonas urbanas, de 12 a 18, y se producen de manera “lateral”. Las víctimas mortales rondan entre los 16 a 30 años, pero participan conductores de hasta 45.
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