Reacciones desmedidas

Edición Impresa

El episodio de plaza Güemes, su repercusión y el grado de acoso que padecen sus protagonistas remiten a lo ocurrido en enero pasado en Tolosa, cuando tras abandonar una gata en una caja frente al Monumento a la Ingeniería -7 y 528- una pareja fue prácticamente obligada por dos testigos del hecho a dar marcha atrás.

En ese caso, el intento de abandono de la gata Tigresa sí se produjo; hubo un “final feliz”, con posterior arrepentimiento de quienes lo perpetraron y una entrega en adopción del animal. Pero la saña de los “indignados virtuales” fue similar a la de estos días, con insultos, amenazasy comentarios de corte xenófobo contra la joven paraguaya que había resuelto dejar a su mascota en una caja con comida ante la imposibilidad de llevársel-a hacia su país natal.

“Llegaron a amenazarnos de muerte a nosotros, a la mamá de mi novio, buscaron nuestras direcciones, las patentes, fue una cacería”, resumió la chica.

La exacerbación progresiva de los ataques en el marco de los “debates” que se disparan en torno a desacuerdos de toda índole en plataformas como facebook y twitter, y los “linchamientos virtuales” por acusaciones sin fundamento o malintencionadas son materia de estudio entre los expertos en Internet.

El abogado y docente Raúl Martínez Fazzalari advierte que la publicación de material en la Web “puede desatar reacciones que se descontrolan rápidamente y no se sabe dónde terminan; la reproducción pública de una contravención o delito suele derivar en otros delitos como amenazas, expresiones de xenofobia, falsas imputaciones, agresiones e intimidación pública”.

 

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