Cómo reducir la mitad nuestros residuos

En La Plata se generan 700 toneladas de basura por día, que equivale a casi 1 kilogramo diario por persona. La importancia de disminuir ese volumen

Hoy se celebra el Día Mundial del Reciclaje, una tarea que muy pocos hacen, pero que año a año genera conciencia y suma adeptos para cuidar el medio ambiente.

 

Esta celebración fue establecida por la UNESCO desde 2005 y pensada para que la humanidad no se olvide de un gran problema que afecta a todo el planeta como lo es la basura.

 

Más allá de la responsabilidad primaria del Estado y de las obras pendientes para el tratamiento de los desechos, es mucho lo que se puede hacer desde cada hogar para contribuir a generar menos basura.

 

Un dato alcanza para dimensionar lo que se puede hacer desde el hogar: los ambientalistas estiman que en cada familia podría reducir a la mitad la cantidad de residuos que produce.

 

Para eso se recomiendan la reutilización de la basura orgánica, algo que puede parecer complicado pero que en realidad es muy sencillo: basta con guardar en un recipiente yerba usada, cáscaras de frutas y café quemado. Esa mezcla puede convertirse en un abono híper nutritivo para las plantas, el jardín y hasta las huertas caseras.

 

En La Plata se generan 700 toneladas de residuos al día, lo que equivale en promedio a casi 1 kilogramo de basura diaria por persona. Uno de los puntos principales para disminuir la generación de residuos domésticos es realizar la separación de origen entre lo orgánico y lo que se puede reciclar y reutilizar. Los hogares de la Ciudad producen el 50% de la basura que finalmente se deposita en los centros de acopio y tratamiento. Pero cada familia puede bajar el volumen de sus desechos a la mitad reutilizando los de origen orgánico.

 

La tarea lleva algunos pasos, pero vale la pena hacerlos: hay que tener dos recipientes para ir tirando los deshechos, en uno irá lo orgánico y en el otro lo no orgánico (sería ideal utilizar una bolsa verde para que la levante el camión recolector que corresponda). Es fundamental lavar los recipientes que van en la bolsa verde, ya que se evita generar mal olor y la reproducción de bacterias, además de ahorrar un paso en el reciclado.

 

Lo mejor sería hacer distintos paquetes con el cartón, papel y vidrio, para que la gente que los levanta y revende pueda llevarlos de una manera más higiénica y no tener que revolver la basura.

 

Las tres R

 

Existen otras formas de colaborar con el medio ambiente en cuanto a la basura no orgánica. Se trata de la regla de las “Tres R”: reducir, reutilizar y reciclar.

 

Para la primera, la idea es no consumir más materiales de los que realmente se necesitan: cuando se hacen las compras es preferible usar bolsas de tela en vez de las de nylon, ya que estas tardan años en degradarse; usar servilletas de tela a cambio de las de papel; tomar agua de la canilla o filtrada y

no embotellada para no desechar tanto plástico; utilizar los dos lados de una hoja de papel; y no dejar los equipos eléctricos en stand-by, porque aunque estén apagados, siguen consumiendo energía.

 

Con respecto a la reutilización, se aconseja usar los mismos productos muchas veces o reinventar su finalidad, como por ejemplo convertir los envases plásticos en macetas; hacer lámparas con las latas de tomate o conservas; utilizar siempre la misma bolsa de los mandados o volver a usar los frascos

de vidrio; y reformar ropa para hacer otras prendas o almohadones. En este punto entra en juego la creatividad y el ahorro.

 

La última R queda para aquellos productos que no se pueden volver a usar o reciclar de forma casera, y que deben separarse para su disposición final: papel, cartón, plástico, vidrio, metal, y pilas, entre otros.

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