Retazos de una vida a mitad de camino

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Por Nicolás Isasi

Entre vagos recuerdos, algún que otro sueño y momentos aislados que no se sabe bien cómo llegamos a ellos, la protagonista de “La vida de ella” interactúa con dos hombres y una niña, a la vez que aparecen videos editados previamente con los mismos u otros personajes.

La dirección de la obra presentada en la sala porteña El Portón de Sánchez es de Mariana Blutrach (coreógrafa) y Daniel Böhm (realizador), quienes trabajan juntos desde hace más de diez años en la relación entre danza y cine. Pensado como una mezcla de lenguajes artísticos y definido ambiciosamente por los creadores como “una superposición neobarroca de capas y pliegues que combinados con la mirada del espectador provocan la simultaneidad de la imaginación y percepción, el vestuario y vigilia, el teatro y el mundo, construyendo eso que puede llamarse realidad”, el espectáculo pretende mostrar la vida de una mujer a través de una historia que queda a mitad de camino.

La actuación de Romina Pedroli, egresada del Taller de Danza Contemporánea del Teatro Municipal General San Martín, es intensa: arrastrándose por el suelo, saltando, bailando, llorando o gritando logra transitar emociones que podrían ser más profundas, pero se pierden en la totalidad de elementos presentados.

La labor de Federico Ottavianelli, Gustavo Lesgart Valentín Jarach es funcional al contexto, sobre todo la ejecución de este último al piano, que parece un número a parte propio del vaudeville. Una pantalla traslúcida sirve de medio entre una escena y otra, bajando y subiendo para cada proyección.

Allí suceden más escenas confusas: un cuarteto de cuerdas tocando una obra de Bach, planos en blanco y negro, un tango, o una secuencia entera filmada en el maravilloso Teatro Empire, ubicado detrás del Congreso. Esa idea en particular es algo extraña, puesto que la sala elegida para la representación (El Portón de Sánchez, espacio de teatro independiente) nada tiene que ver con el teatro a la italiana. De hecho las piezas fundamentales de esta puesta, que casi no tiene diálogos ni escenografía, son: la iluminación de Nicolás Trovato y Carla Lucarella que delimita y entrelaza escenas; y la música original de Facundo Gómez que unifica cada uno de los cambios.

Para finalizar, dos elementos que desconciertan más al espectador: en primer lugar, el flyer de promoción que muestra a un hombre y una mujer (protagonistas) desnudos con sus partes íntimas tapadas por plantas. ¿Una alusión bíblica, una simple pareja de nudistas o un recurso de marketing? La verdad es que nada de lo que sucede en la obra nos va a responder a esas preguntas. En segundo lugar, el título de la obra es “La vida de ella”, lo cual presupone que veremos un sinnúmero de acontecimientos, situaciones y anécdotas emocionantes, como ocurre en la vida de cada persona. Sin embargo, al terminar la obra el espectador se preguntará si realmente vio y vivió toda la vida de esta mujer. Quizás unos meses, unos días, o tan solo una hora de su vida.

La obra fue definida por los creadores como “una superposición neobarroca de capas y pliegues que combinados con la mirada del espectador provocan la simultaneidad de la imaginación y percepción, el vestuario y vigilia, el teatro y el mundo, construyendo eso que puede llamarse realidad”

Para agendar
QUE: “La vida de ella” Cuándo: Sábados a las 21 Dónde: El Portón de Sánchez (Sánchez de Bustamante 1034, barrio Abasto) Entradas: $200 (descuentos para jubilados y estudiantes: $150). Hasta el sábado 24 de junio inclusive.

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