Una vuelta de tuerca a la leyenda, con mafiosos y policías corruptos

Guy Ritchie intenta crear una saga del mito, pero la taquilla parece presagiar un futuro negro para esta franquicia

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En la era de las Sagas y Precuelas, la historia del joven que saca la espada de la piedra no podía estar ausente. Originariamente se pensó como la primera de seis películas y eso se ve claramente, cuando por ejemplo hacen esfuerzo en no darle un nombre a “La Maga,” ni siquiera en los títulos. Lo que hace suponer que ella sería más adelante Morgana, quien mediante encantamientos logra hechizar a Arturo para tener un hijo bastardo quien luego traicionaría a su padre con una daga envenenada.

Sin embargo todo parece indicar que esta serie ha sido enterrada por el estrepitoso fracaso en la taquilla. La película se iba a estrenar el julio del 2016, pero fue retrasada prácticamente un año. La película empieza con la historia de Uther Y Vortigern, el padre y el tío del futuro rey de Camelot. La primer y única batalla recuerda mucho a “El Señor de los Anillos.” Aunque rápidamente se diferencia y separa con el estilo distintivo de Guy Ritchie.

Más que la leyenda de Excalibur y sus batallas épicas, la película se convierte en una historia de mafiosos y policías corruptos en una antigua y mítica Londres. Arturo crece huérfano en un prostíbulo y su banda de rufianes lentamente comienza a ganar poder en la ciudad. La revolución y el enfrentamiento contra el tirano se realiza más en peleas urbanas que en la carga de una poderosa caballería y el tronar de miles de cuerdas de arcos para disparar mortales flechas.

Es una vuelta de tuerca interesante pero tal vez no es lo que el pueblo esperaba ver otra vez. Ritchie intentó llevar su modo de contar a la fantasía épica y no está mal logrado, pero tampoco es especialmente interesante. Charlie Hunnam como Arturo no es particularmente malo, pero la corona le queda grande y no llega a motivar a la audiencia.

Abundan las referencias a un Merlín que nunca se hace presente pero que estaría pronto a venir en la continuación. La magia de Excalibur si bien se utiliza, nunca se llega a controlar. La mesa redonda se empieza a construir. Los caballeros con Arturo incluido se pueden contar con una sola mano. Es el amanecer de un reino y una saga que promete. Lástima que difícilmente se lleve adelante.

“Juegos, trampas y dos espadas humeantes,” hubiese sido un título más a fin.

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