Una ciudad fundada en base a su gran potencial comercial
Edición Impresa | 5 de Mayo de 2017 | 02:45

En el 216º aniversario de la ciudad de Ensenada vale la pena dar un somero repaso a su rica historia, algunos de cuyos capítulos están ligados a pasajes importantes de la historia argentina.
Esta ciudad, que llegó a ser durante algunos meses previos a la fundación de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, está emplazada en una zona geográfica que tuvo una importante relevancia en los siglos anteriores.
Prueba de ello es que en el viaje de exploración que realizó Hernando de Magallanes por las costas del Río de La Plata descubrió la caleta formada por la desembocadura del río Santiago en una ensenada que con el tiempo fue ocluída por la arena hasta desaparecer en lo que actualmente es la zona de Villa Rubén Sito.
Ese descubrimiento se produjo el 7 de febrero de 1520 a bordo de la goleta Trinidad pero sin que se efectuaran desembarcos.
LAS TIERRAS
Sesenta años después, en 1580, cuando Juan de Garay realizó la segunda fundación de Buenos Aires también hizo la distribución de lotes para chacras y estancias los alrededores de la cuidad y recién es cuando aparece la denominación “Ensenada” y como perteneciente a las tierras del Valle de Santa Ana, al que luego se lo designa “pago de la Magdalena”.
Ese sector de chacras comprendía entre otros, los actuales partidos de Magdalena, La Plata, Berisso y Ensenada.
El Gobernador de Buenos Aires – Bruno Mauricio de Zabala – visitó la región recorriendo los canales, en especial el de “Santiago” y el de El Zanjón” y le puso a una parte del lugar “San Martín y a la otra San Bruno”.
Ninguno de los dos prosperó, manteniéndose el nombre de “Ensenada de Barragán”, conocido ya por los marinos que venían a Buenos Aires.
FORTIFICACION
Bruno Mauricio de Zabala que había fundado Montevideo para combatir a los portugueses que estaban en “Colonia del Sacramento”, construyó el Fuerte para reprimir el contrabando que realizaban por lo accesible de las costas los portugueses, franceses, ingleses y hasta los mismo españoles.
En el año 1789 a raíz de una fuerte crecida del río, el Fuerte sufrió las consecuencias y sus muros se derrumbaron, por lo que el virrey Marqués de Loreto ordenó su reconstrucción, concluyéndose las obras en 1800.
En esa época el Marqués de Avilés (Virrey del Río de la Plata en esos momentos) amplió el proyecto original reforzándolo para cumplir con su verdadero cometido.
Sin embargo esta reconstrucción no pudo impedir que el contrabando fuera en aumento, y fue de ese modo que esa actividad constituyó la base económica de la región, que dio origen a la formación de la clase acaudalada formada por una mayoría nativa o españoles afincada.
Por su parte, Pedro Duval hizo construir la capilla que reemplaza a la anterior. Por aquella época la población era de aproximadamente mil habitantes y su extensión era la que actualmente, además de Ensenada, son los partidos de Berisso, La Plata y Berazategui
EL 5 DE MAYO DE 1801
Tiempo después, exactamente el 5 de mayo de 1801, el virrey Gabriel de Avilés fundó el pueblo de Ensenada. El asentamiento original empezó a cobrar vida de pueblo.
Nació en forma muy primitiva la industria de la carne con un matadero sobre el arroyo el Zanjón y una salazón sobre el arroyo Piloto, el puerto aportó el tráfico de esclavos negros, se manufacturaron velas de cebo y otras industrias menores como el amasijo de pan.
El 17 de febrero de 1856 el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires declaró a Ensenada cabecera de Partido, instalándose en forma regular el Municipio encargado de la distribución de tierras previa intervención del Escribano Venancio Luján.
LA BANDERA ENSENADENSE
Por la condición ribereña del distrito que representa, la Bandera de Ensenada muestra, en su paño superior, la línea del horizonte, bajo un cielo azul-celeste y con un Sol que nace, pero que ya se presenta esplendente y con sus rayos flamígeros.
En el paño medio, de mayor ancho, pues en el se ofrecen los rasgos definitorios del paraje, se dibuja la costa de una “ensenada”, la que le dio nombre al pueblo, bañada por el río, con una “punta”, la Punta de Lara, destacada sobre su margen interior, todo ello cubierto por tapiz vegetal, representado por el color verde-monte.
En tanto que en el paño inferior, del mismo tamaño del superior, bajo la inscripción Ensenada, grabada en letras de color amarillo-sol, aparece el color rojo-sangre, marcando la fusión de todos los orígenes raciales, desde el padre indio hasta el último inmigrante, y como símbolo del amor fecundo y del esfuerzo solidario y creador.
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