Apuestas difíciles en un año clave
Edición Impresa | 11 de Junio de 2017 | 03:08

Como en los niveles nacional y provincial, la administración local apuesta a apuntalar la gestión en la escena preelectoral, fundamentalmente, en un área que venía siendo constante motivo de quejas vecinales: el espacio público. Por eso las obras de bacheo, poda, luminarias y mejoras en plazas y espacios verdes tienen un énfasis particular, acompañado, claro, de importantes envíos de fondos nacionales y provinciales (el último ejemplo de esto es el convenio que el Intendente firmó la semana pasada con el gobierno nacional para nuevas obras por 117 millones de pesos). Garro apuesta a que esas obras se hagan a la luz del día, en horarios pico, provocando ruidos y desvíos de tránsito, buscando, claro, el ruido de la marcha de la gestión, del, como dicen en el oficialismo, la exhibición del “hacer”.
El oficialismo busca así mejorar su comienzo y captar a la ciudadanía en el momento preelectoral, que trae grandes interrogantes sobre los adversarios y también sobre los nombres propios que van a liderar el llamado al voto. Ayer funcionarios, concejales y militantes del PRO salieron a los barrios con un nuevo timbreo. Pero estas jornadas se están dando en un contexto tal de hermetismo sobre los nombres de las listas que hasta las usinas de rumores y posibles candidatos se muestran agotadas.
Carolina Piparo subió la apuesta esta semana visitando la Legislatura y diciendo que sería “un honor” ser diputada, en el marco de una sugestiva foto que se sacó con el senador Gabriel Monzó y el concejal radical Claudio Frangul. A Frangul también le gustaría ser diputado y en esa pretensión lo acompaña el storanista Marcelo Uriarte. En plenas negociaciones del vicegobernador Daniel Salvador por los candidatos de las distintas secciones, crece la posibilidad de que esos sectores obtengan un lugar para la octava, en el marco de la creciente tirantez que Ricardo Alfonsín mantiene con María Eugenia Vidal y que podría redundar en bajar la incorporación de candidatos de su espacio.
Pero aquí se presenta otro de los tantos problemas: si el presidente de la Junta Central de la UCR resulta candidato a diputado provincial y, electo, asume ese escaño, su sucesora en la lista de concejales es la jefa de Gabinete Natalia Vallejos, quien, en función de los planes de Garro para su rol en la Comuna, podría llegar a declinar esa asunción y, entonces, asumiría la concejal suplente Alicia Beltrami, de la lista del ultracrítico Sergio Panella. El dirigente radical no baja su reclamo de PASO dentro de Cambiemos, y ya prepara, por las dudas, un partido por el que iría como diputado provincial en caso de confirmarse una negativa.
En tanto, el resto de las líneas del radicalismo mantiene su inquietud, advirtiendo que Garro buscará dirigentes “propios” para la lista de concejales (Allí suenan desde Nelson Marino y Mariano Penas hasta Julieta Quintero y el monzonista Nicolás Morzone). También miran con recelo a la Coalición Cívica, llevando claro que Cristina Dorato pedirá su lugar en ese juego. Y mientras tanto, las ambigüedades y enigmas que sobre los que se mueve el adversario, impiden ver hoy al oficialismo el escenario. Es que la pulseada entre el cristinismo y el randazzismo es de final abierto y lo es más aún en el peronismo platense, que se manifiesta más atomizado que de costumbre entre La Cámpora, el sector randazzista y el bruerismo, grupo este último que el viernes durante la marcha por los fusilados de 1956 demostró convocatoria y voluntad de juego.
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