Para robar el minimercado de una GNC, estrellaron un Audi contra la fachada

Eran, por lo menos, tres. Antes asaltaron al playero y del local se llevaron una máquina valiosa

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Como salido del guión de una película de acción fue el asalto que concretaron varios delincuentes en una estación de servicio de Tolosa, cuyos dueños y empleados están “acostumbrados” al delito, pero no a una mecánica semejante.

Es que la banda no se conformó con asaltar a un playero, sino que embistió la fachada vidriada del minishopp, para llevarse una máquina sumamente valiosa, aunque inservible para quienes no tengan cómo conectarla.

El escenario de esta curiosa historia (que tiene antecedentes parecidos) fue la GNC de 520 y 19, a donde poco antes de las 22 del miércoles llegaron al menos tres hombres en un auto de alta gama.

En el lugar estaba un playero que había tomado por adelantado su turno, a quien le quitaron la recaudación. No era mucho, contaron en ese local, sin aportar otros detalles. Hasta ese momento todo se desarrollaba como si fuera un robo más de los más de 370 que acumulan en sus expendedoras los mismos dueños.

Pero todo dio un giro cuando los asaltantes subieron al Audi y encararon directamente al minishopp, destrozando su fachada de vidrio. Dos ladrones bajaron, mientras el conductor, con las puertas abiertas, hizo otra maniobra y esperó a que sus compinches entraran con el botín: 2.000 pesos y la cabina recaudadora de la tarjeta SUBE, el crédito para celulares y el pago de cuentas. Las cámaras lo registraron todo.

Hugo Beber, uno de los administradores de la GNC de Tolosa, calculó que esa máquina “cuesta 8.000 dólares”, aunque sólo sirve si la habilita personal especializado.

La encargada del minimercado destacó que “hacía apenas cinco minutos que habíamos cerrado”, lo que evitó algún cliente resultara lastimado “por los vidrios que estallaron por el impacto y volaron por todo el salón”.

El caso no tiene por ahora detenidos y siguen la pista del Audi para tratar de identificar a los autores.

el playero que renuncio

Oscar es el playero que, por el horario, debía estar presente al momento del robo. “Normalmente termino de trabajar a las 10 de la noche, pero mi compañero se adelantó 20 minutos y me fui con otro compañero 15 minutos antes. Me salvé del asalto”, confirmó.

El muchacho admitió que acá “siempre hubo robos, pero nunca uno de estas características”, teniendo en cuenta que los responsables “tuvieron mucha audacia. La verdad, fue de película”.

Recordó el mismo empleado que hace 20 días “tuvimos otro asalto a un playero, que, cansado de que lo roben, renunció a su trabajo”. Beber reconoció que esa es una de las derivaciones que les acarrea la interminable cantidad de asaltos que acumula esa expendedora de GNC.

Calculan los dueños de ésa y otro par de estaciones de servicio, que, sumando los hechos de todas, los casos ya “superan los 370”.

A esta altura, y con esos números, Beber está convencido de que “todo lo que se hace y se puede hacer para evitar los robos no alcanza. Ya no sabemos qué mecanismos implementar”. A modo de queja refirió que “la Policía viene cuando el robo ya pasó y no hay seguridad en ninguna parte. Inclusive, sabemos que en la comisaría cuentan con apenas un patrullero. Es la historia de nunca acabar. Mientras, seguimos indefensos”.

 

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