La economía y el Brexit, los principales retos que se vienen
Edición Impresa | 9 de Junio de 2017 | 01:24

Por Guillermo Ximenis (*)
Tras la elección, el nuevo Gobierno deberá trabajar para combatir los efectos de la caída de la libra esterlina, el aumento de la inflación y otras incertidumbres que acechan a la economía del Reino Unido ante su salida de la Unión Europea (UE).
La divisa británica ha retrocedido un 14% respecto al dólar y un 12% ante el euro desde el referendo del Brexit, celebrado en junio del año pasado, lo que contribuyó a disparar los precios -la inflación en abril fue del 2,7%, máximo nivel en tres años- y a desacelerar la economía -el PBI creció apenas 0,2% en el primer trimestre-.
Además de tomar medidas para contrarrestar esa tendencia, el Ejecutivo deberá negociar un vital tratado comercial con la UE, hacia donde se dirige el 45% de las exportaciones británicas, y abordar nuevos convenios con decenas de terceros países.
Pese a que la economía se mantuvo robusta en los primeros meses tras el plebiscito, la caída de la libra comenzó a minar en los últimos meses a los sectores más expuestos a la confianza de los consumidores, señaló Gordon Colquhoun, miembro del grupo de pensamiento “Britain in Europe”. “Anticipamos una suba en el costo de la vida, lo que afectará de forma negativa a la inversión de las empresas y al gasto de los consumidores a corto plazo”, señaló el fundador de la consultora Event Horizon.
Los analistas subrayan que el Reino Unido ha logrado evitar hasta ahora un impacto mayor en su economía gracias a las medidas del Banco de Inglaterra, que recortó los tipos de interés al mínimo histórico del 0,25 % para mitigar el efecto negativo del Brexit. Sin embargo, advierten los expertos, vivir en una economía de tasas bajas de interés, con la libra esterlina depreciada, también puede traer problemas.
MENOS INMIGRANTES
Asimismo, los especialistas señalan que la previsible merma en la entrada de trabajadores inmigrantes tras la salida de la UE puede afectar asimismo a la economía británica. “Es difícil predecir cuáles serán las consecuencias directas de la reducción en la inmigración, pero los datos sugieren que saldremos perdiendo, ya sea por la falta de personal en empleos clave, o bien por la pérdida de ingresos fiscales”, afirma Anand Menon, profesor de Política Europea y Asuntos Exteriores en el King’s College de Londres.
Según la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria (OBR), órgano consultivo del Gobierno, reducir la inmigración neta desde las 265.000 personas al año que llegan al Reino Unido actualmente hasta 185.000 en 2021 restaría a las arcas británicas 6.000 millones de libras anuales (6.900 millones de euros). Ante el avance del Brexit, será primordial firmar lo antes posible un acuerdo comercial con los 27 socios de la UE.
El 16 de marzo pasado, el Tribunal de Justicia de la UE dictó una sentencia que obliga a pedir el visto bueno de los parlamentos nacionales antes de ratificar acuerdos que involucren cuestiones como contratación pública y desarrollo sostenible. La necesidad de buscar la aprobación individual de todos los países comunitarios podría convertirse en un laberinto que retrasaría la aprobación de cualquier acuerdo con Londres. (EFE)
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