Más denuncias contra el cura abusador de Caseros
Edición Impresa | 13 de Julio de 2017 | 04:10

Al menos tres mujeres ya declararon en la causa que investiga los presuntos abusos sexuales cometidos por el cura Carlos José en la localidad bonaerense de Caseros, mientras que una de las víctimas, Mailin Gobbo, contó que llevó su historia hasta el obispo Sergio Buenanueva, a cargo de una comisión encargada de informar sobre los casos de pedofilia al Vaticano, quien le dijo que la Iglesia no podía actuar hasta que ella no hiciera una denuncia penal.
Gobbo contó ayer que logró contactarse con Buenanueva luego de que el obispo de San Martín, Guillermo Rodríguez Melgarejo, le recomendara no hacer pública su denuncia.
“Le conté todo lo que me había pasado, le di el nombre de Melgarejo y me dijo que se lo contara a un cura cercano, pero yo le dije que nadie me había dado bola”, aseguró Gobbo sobre su diálogo con Buenanueva.
La mujer declaró junto a otras dos víctimas en la UFI 14 de San Martín, a cargo de la causa que investiga los presuntos abusos cometidos por el sacerdote José en el colegio San Francisco Javier, de Caseros, cuando las tres eran menores de edad.
LAS PRIMERAS DENUNCIAS
A su testimonio y el de Jazmín Detez, las primeras en denunciar al sacerdote, ayer se sumó también el de Cecilia Burgos. Gobbo aseguró también que ya se contactó con ella otra mujer que asegura haber sido abusada por el cura.
“Ya somos tres las personas que declaramos y hoy se contactó conmigo la hermana menor de una compañera de colegio, pero me pidió que no trascendiera su nombre porque todavía no sabía si se animaba a denunciarlo”, dijo Gobbo luego de haberse presentado en la fiscalía para ampliar su testimonio.
Las denuncias contra José fueron presentadas en la UFI San Martín en la causa caratulada como “abuso simple y gravemente ultrajante” con una pena mínima de ocho años de prisión.
Gobbo relató que luego del primer contacto con Buenanueva, al mes volvió a enviarle un mensaje, pero el obispo ya la había bloqueado de su Facebook.
“Lo escraché por Twitter, me pidió mi mail y me escribió. Me dijo que para que la Iglesia pudiera hacer algo, yo debía hacer la denuncia penal. Y ya la hice”.
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