Se entregó el cura acusado de abuso sexual
Edición Impresa | 15 de Julio de 2017 | 04:20

El cura Carlos Eduardo José se entregó ayer en los Tribunales de San Martín luego de que el jueves por la noche el juez Mariano Porto ordenara su captura y detención a pedido de la fiscal de Delitos Sexuales de ese distrito, Mariana Piwarczuk.
El escándalo se originó después de que tres chicas, ahora mayores de edad, denunciaran haber sufrido abusos hace más de diez años en el colegio San José Obrero, en el municipio de Caseros, en la provincia de Buenos Aires.
Anteriormente, José había renunciado a su sacerdocio por su intención “de formar una familia”, según habían apuntado fuentes de la Iglesia, que añadieron que una vez dado ese paso la justicia civil sería la única encargada de investigar el caso.
La primera víctima en denunciar, la joven Mailin Gobbo, aseguró en una entrevista con la prensa que se quiso quitar la vida y estuvo en tratamiento psicológico durante varios años hasta que finalmente se decidió a contar lo sucedido.
Como bien se sabe, los casos de pedofilia rodean desde hace tiempo a la iglesia Católica. En los últimos meses, de hecho, otros sucesos de abusos por parte de miembros de la Iglesia se conocieron y causaron conmoción. Seis personas -dos sacerdotes, una monja y tres empleados de un instituto para niños sordos en la provincia de Mendoza-, basta con recordar, se encuentran imputadas y detenidas por varios casos de abuso sexual a menores de entre 10 y 12 años.
Tras conocer la denuncia, el sacerdote le escribió una carta a la mamá de Mailín. “Les aseguro que nunca tuve mala intención. Quizás demasiado cariñoso, como ella también era cariñosa conmigo. Nunca estuve a solas con ella, en la parroquia siempre con algún animador o catequistas y otros chicos. Cuando salía con ustedes vos estabas presente. Quizás pude ser imprudente jugando con ella, pero nunca con mala intención”, escribió el sospechoso. La Justicia ahora, además de tomarle declaración al imputado, pedirá más medidas probatorias y nuevas pericias psicológicas a las víctimas. “Después se evaluará si corresponde la preventiva. Pero los testimonios son sólidos y coherentes”, explicaron los investigadores.
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