PASO con heridos desperdigados
Edición Impresa | 2 de Julio de 2017 | 04:48

Con un sólo frente que cuenta con una lábil interna, la mayoría de las alianzas políticas que inscribieron listas de candidatos llegarán a agosto sin PASO. Los reproches postelectorales, pase de facturas y realineamientos sumado a una marcada falta de conducción local provocó bajas, heridos y la salida de varios dirigentes que emigraron hacia otros partidos para poder participar. Y una duda: ¿Las PASO sirven para algo?
En Unidad Ciudadana, que lleva lista única, todavía los rencores no permiten digerir la síntesis de vertientes contrapuestas en una misma nómina con el único punto en común del liderazgo de Cristina Kirchner. Más de un dirigente se quedó con ganas de presentar su propia boleta pero la orden vino “de arriba” y los candidatos a elegidos para el armado final comienzan a diseñar estrategias de campaña conjuntas a regañadientes.
Distinto pero similar ocurre en el frente “1País”. La alianza de Sergio Massa y Margarita Stolbizer terminó de dar por tierra la segunda lista presentada –decisión que se vio venir desde el principio- y los heridos no contenidos del amplio espectro del Frente Renovador adoptaron dos opciones: algunos dirigentes territoriales como Oscar Vaudagna y Hugo Mársico apoyarán la candidatura nacional y provincial del tigrense, aunque en el aspecto local darán a sus agrupaciones “libertad de acción”. Otro grupo emigró y con una alianza entre un vecinalismo y el Partido Federal salió a competir por afuera llevando los nombres de Miguel Forte, Marcela Farroni y Gerardo Jazmín, justo tres concejales que ahora se unieron en un bloque propio pero que vienen del massismo.
CARAS LARGAS
En el frente Cambiemos tampoco habrá PASO. Si bien hacia en el PRO las caras largas de la semana pasada se están acostumbrando, el sector del radicalismo que había pedido competir dentro de la alianza también fue forzado a emigrar y presentarse por afuera. Son los díscolos de la UCR que no integra la boleta del oficialismo y lleva como principales dirigentes a Sergio Panella, Claudio Pérez Irigoyen. Los dos sostenían que “los candidatos fueron elegidos por los dirigentes y no por la gente, la manera de arma la PASO fue expulsiva”, se quejaban.
La única excepción es la del frente justicialista “Cumplir” de Florencio Randazzo, que presentó una nómina con Gustavo Di Marzio y Paula Lambertini y otra con Guillermo Justo Cháves y Federico Martelli. Pero, a pesar de haber dos listas, la falta de ordenamiento en los armados locales también se hizo evidente y repercutió con la salida del bloque de concejales del FpV-PJ de Fabián Lugli y la baja de la diputada provincial Valeria Amendolara y la dirigente Teresa Razzarri. Repitieron lo mismo que los massistas heridos: “Vamos a trabajar para Randazzo pero daremos libertad de acción a nivel local, no nos sentimos identificados”.
Este breve panorama pone en evidencia la atomización local de dirigentes, tanto en el peronismo como en un sector del radicalismo. También muestra que estas PASO, como se ha dicho otras veces, sólo servirá de sondeo de opinión antes de las generales, un ejercicio muy caro para el país. Y que lo que vendrá después de ese comicio será un escenario de esquemas nuevos en el que se reacomoden los bendecidos y los que no pudieron jugar.
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