Un cambio nacido de la información
Edición Impresa | 2 de Julio de 2017 | 06:08

Aunque desde el primer momento de la epidemia han existido parejas serodiscordantes, el panorama para ellas cambió por completo en 2011 al conocerse nuevas evidencias sobre los riesgos de transmisión del virus por vía sexual en este tipo de relación.
Esas evidencias surgieron del estudio conocido como 0,52, que se presentó en Roma en el marco de la International Aids Society. Como demostraba aquella investigación, el tratamiento con antiretrovirales tenía un efecto preventivo sobre la transmisión del VIH por vía sexual al reducir el riesgo entre parejas serodiscordantes a un 4% con respecto al grupo de control que no tomaba la medicación.
Tiempo después, otro estudio conocido como START demostró a su vez que cuanto antes comenzara el tratamiento menor era la tasa de transmisión. Gracias a esos dos trabajos hoy ya nadie discute el hecho de que si el tratamiento es efectivo y se usa preservativos no existe casi riesgo de transmitir el virus por vía sexual.
Es así que si bien siempre hubo parejas serodiscordantes, en ésta última década el mayor conocimiento sobre los riesgos reales de trasmisión del virus bajo tratamiento le han facilitado a las personas que viven con VIH abrirse más a una relación con personas seronegativas y lo mismo al revés.
Pero no menos determinantes han sido los logros alcanzados durante los últimos años en la reducción del riesgo de transmisión vertical, lo que ha permitido a más parejas serodiscordantes consolidar su relación con proyectos de paternidad.
Si bien en Argentina tenemos todavía mucho por mejorar, el riesgo de transmisión del virus de una mamá con VIH a su bebé puede reducirse hoy a un caso de cada cien si se hacen las cosas bien, lo que implica llegar al embarazo con carga viral indetectable y darle al bebé un tratamiento preventivo durante sus primeras seis semanas de vida para reducir aun más el riesgo de transmisión.
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