Hidrocarburos, plaguicidas y metales

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La presencia de fibras sintéticas en el tubo digestivo de once especies de peces que habitan el Río de la Plata constituye un penoso escalón más en el progresivo deterioro que viene sufriendo la fauna ictícola local como resultado de la contaminación. Ya a principios de la década pasada, un estudio realizado por investigadores de la Universidad Nacional de La Plata alertaba de la presencia de hidrocarburos, metales pesados y plaguicidas clorados, entre otros contaminantes en ejemplares de sábalos.

Como resultado de aquel estudio -que halló entre los especímenes bifelinos policlorados en niveles que superaban los valores guías aconsejados para el consumo humano por el Código Alimentario Argentino- la subsecretaria de Actividades Pesqueras emitió en el año 2000 una resolución que prohíbe desde entonces tanto su pesca comercial como artesanal.

De acuerdo con la investigación, el grado de contaminación de esta especie es tal que su consumo periódico puede producir trastornos tales como alteraciones hormonales, hepáticas, anemias, trastornos reproductivos y alteración de la conducción nerviosa periférica. Pero además, la acumulación de bifenilos policlorados y plaguicidas clorados en el organismo puede con el tiempo dar lugar a intoxicaciones agudas y hasta la aparición de cánceres.

 

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